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| Foto: Jorge Santomé |
El fútbol de Primera vuelve a Vigo esta noche (21 horas, Canal + Liga 2, PPV), casi dos años después de aquella eliminatoria de Copa del Rey de infausto recuerdo en la que el Atlético de Madrid impidió al Celta de Eusebio Sacristán lograr el pase a semifinales. El celtismo anhela que los mejores equipos del panorama español se paseen cada dos semanas por Balaídos, objetivo que persigue con ahínco. Sin embargo, por el momento, el conjunto de Paco Herrera se tiene que conformar con esta eliminatoria de dieciseisavos de final de la Copa del Rey ante el Espanyol, a la espera de que en el mes de junio se pueda lograr de una vez por todas el deseado ascenso y poner punto final a la travesía por el infierno.
El torneo copero se presenta como un paréntesis agradable en la rutina competitiva en la que está inmerso el Celta desde agosto, siempre con la necesidad y el deber de sumar. La competición del K.O. debe ser un estímulo en esa lucha semanal, intentar coger confianza ante rivales de mayor enjundia con el aliciente añadido para Herrera de mantener enchufada a toda su plantilla, que se sienta importante para ser de utilidad en cualquier momento. De esta manera y como ya sucedió en las rondas precedentes ante Las Palmas y Valladolid, el técnico revolucionará el once. Sin embargo, a diferencia de las eliminatorias anteriores, esta será a doble partido ante un rival de categoría superior, un Espanyol que llega a Vigo en un momento dulce y con ganas de hacer algo bonito en una competición que ha ganado cuatro veces en su historia. Su técnico, Mauricio Pochettino, también optará por rotar, aunque la idea de juego no variará y planteará un partido abierto en busca de la portería contraria con un juego alegre y dinámico que le ha situado en la octava posición en Primera División.
Los caprichos de la Federación Española obligan al equipo de inferior categoría a jugar la ida como local. Por este motivo, sacar un resultado positivo para viajar al difícil estadio de Cornellá dentro de siete días se antoja clave para que el Celta tenga opciones reales de clasificación a octavos de final. No encajar es la premisa que se marcan los vigueses para aprovechar el doble valor de los goles en campo contrario y su gusto por el juego de contraataque.
Los planes de Herrera para la alineación inicial ante el conjunto "perico" parecen más o menos claros y no parece haber opción a muchas sorpresas. Aunque han sido citados los 21 jugadores disponibles (Ortega y Papadopoulos no cuentan), Borja Oubiña y Mario Bermejo no entrarán en la lista final. Las únicas dudas del once radican en la defensa, por escasez de efectivos, y en la mediapunta, por exceso de arsenal.
Ocho jugadores son fijos. Sergio ocupará la portería al ser el guardameta titular en esta competición. La pareja Jonathan Vila y David Catalá, relegada en los dos últimos encuentros ligueros por Oier y Túñez, liderará la retaguardia. La duda es saber si el navarro estará en la derecha o seguirá Hugo Mallo, mientras que Carlos Bellvís parece seguro como lateral zurdo.
En el centro del campo jugarán los dos ausentes en Santo Domingo el sábado, Cristian Bustos y Álex López. Estarán acompañados por una línea de tres mediapuntas, la otra demarcación que presenta varias posibilidades. Dani Abalo, inexistente en los planes de Herrera en los últimos dos meses, volverá a la titularidad en la banda derecha, un examen para comprobar cómo le ha sentado la inactividad al arousano. Para acompañarle, el técnico tendrá que elegir entre Orellana, Joan Tomás y Toni, que parten con las mismas opciones de jugar ante el Espanyol en la izquierda y en el centro.
Pablo Galán (Faro de Vigo )




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