Vuelve la Copa, esa maravillosa competición que, lejos de
las ataduras que impone la regularidad, sirve para que los más pequeños se
engrandezcan hasta límites insospechados con el fin de derrocar a unos gigantes
que, en el cuerpo a cuerpo, parecen menos gigantes. “El torneo del KO” le
llaman, y por ello existe licencia para soñar. Incluso si militas en la
categoría de plata del fútbol español.
El Celta inicia
mañana la reedición de un sueño, el cual llenó de ilusión las arcas celestes
hace ahora dos años en medio de una campaña de infausto recuerdo en lo que a la
Liga se refiere. En esta ocasión, el adversario es el Espanyol, rival temible
donde los haya, como así confirma su historial y andadura actual (es octavo y
viene de endosarle una goleada al Atlético de Madrid). La amplitud del fondo de
armario celeste y el cansancio de los pericos pueden invitar al optimismo. No
obstante, la empresa parece complicada a primera vista y obligará a los de Paco
Herrera a sacar lo mejor de sí si desean sorprender.
Se aguardan
rotaciones en el bando local. Como es lógico y ante el indudable plano
secundario que debe adquirir esta competición, el técnico catalán apostará por
dinamizar su plantel, otorgando oportunidades a los menos habituales. En la
rotación entra, por fin, un Dani Abalo nominado desde hace meses para abandonar
el barco; de su actuación de esta noche dependerá que ni Herrera ni la grada
decidan echarlo por la borda. Prueba de fuego también para David Rodríguez, el
goleador olvidado, relegado al banquillo ante la eclosión de Iago Aspas. Algo
similar se puede decir de la pareja de centrales, Vila-Catalá, desplazados del
once por la irrupción de Oier y Túñez. Para todos ellos, hoy se presenta una
oportunidad.
Se espera pues que
Herrera salga con Sergio en portería; línea de cuatro para Hugo Mallo, Vila,
Catalá y Bellvís; doble pivote para Bustos y Álex López; trío de mediapuntas
formado por Dani Abalo, Joan Tomás y Orellana; y David Rodríguez en punta de
ataque.
El Espanyol llega a
Vigo mermado en lo físico, pues ni 48 horas han pasado desde la conclusión de
su último duelo ante el Atlético de Madrid. Pochettino hará pues rotaciones,
algo complicado al no disponer de una plantilla demasiado amplia en cuanto a
efectivos. Por tanto, es de lógica pensar que el filial españolista contará con
una nutrida representación sobre el césped de Balaídos. Así, los pericos
formarán de inicio con Kiko Casilla en portería; en defensa Galán, Raúl
Rodríguez, Amat y Víctor Álvarez; Baena y Cristián Gómez como pareja de
mediocentros; y en parcela ofensiva Weiss, Thievy, Rui Fonte y Álvaro Vázquez.
Arbitrará Pérez
Montero, del colegio andaluz, en un partido en el que, pese a la entidad del
rival, no se espera una gran entrada en Balaídos. La teoría de que hacer caja
es una de las grandes ventajas del torneo copero se desmonta, al menos de
momento. Lo único que queda es la posibilidad de conceder minutos a los menos
habituales con el fin de no perder ritmo de competición. A eso debe agarrarse
el Celta en una eliminatoria en la que pasar tiene que ser un premio y la
eliminación un mal menor (incluso un respiro de cara al duro mes de enero que
les espera a los de Herrera). Por lo tanto, presión cero e ilusión máxima para
afrontar un partido que, aunque de forma esporádica, nos puede recordar que
todavía, pese a llevar cinco años en el “infierno”, seguimos siendo grandes.
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