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| Foto: La Voz de Galicia |
Lo que todos nos temíamos, sucedió hoy en Riazor. Por más que se pidiese cordura a los aficionados, por más que se solicitase que el fútbol estuviese por encima de los incidentes, no fue posible. Los primeros damnificados fueron los seguidores celestes que viajaron con la Federación de Peñas, ya que gran parte de sus buses fueron apedreados en las emboscadas que le tendieron algunos indeseables a su llegada a Coruña, después de dar varias vueltas por la ciudad hasta llegar al eastadio. El resultado es que un grupúsculo de seguidores blanquiazules se liaron a tirar vasos al autobús del Celta, piedras y hasta contenedores a los buses de aficionados... en fin, un espectáculo auténticamente lamentable.
Pero no solo los aficionados blanquiazules dejaron su pabellón por los suelos, sino que también los seguidores celestes, nuestros seguidores, los que representan al Celta, demostraron muy poco respeto por el fútbol y por los demás aficionados cuando el Celta logró el empate y comenzaron a volar sillas, que en algunos casos llegaron a impactar en el rostro de algún aficionado celeste. Un acto que me parece totalmente reprobable y que deberíamos evitar en el futuro. Tanto unos como otros. Porque ya sabemos como se las gastan ellos, pero nosotros no debemos quedar a su altura.
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