Foto: Marta G. Brea |
La recuperación de Oubiña ha sido la mejor noticia para el Celta durante esta temporada, mucho más teniendo en cuenta que se parece cada vez más al Borja que fue internacional y que ha sido un futbolista clave en la mejoría evidenciada por el Celta desde aquel partido de Copa ante el Valladolid. La presencia de Oubiña en el once inicial del Celta ha dotado al equipo de un mejor manejo de balón, le ha dado posesión y la alternativa de poder llevar la iniciativa en los partidos.
Y sí, con Oubiña en el campo también hemos perdido, pero pocas veces hemos sido inferiores al rival. Fuimos mejores que el Deportivo en un derbi plagado de mala suerte para nosotros, y fuímos aún más superiores en el choque ante el Hércules donde la mezquindad de los de Mandiá se impuso ayudado por una excelente defensa, un gran portero y una pizca de fuerte. Fueron partidos que se perdieron, como se perdió el de ayer, pero la diferencia es notorio.
Con el mayor de los respetos hacia Bustos, es indiscutible que el alicantino no ofrece la salida de balón y el aplomo en ataque que da el vigués. La pasada temporada, Bustos fue clave en el Celta, pero este año no hay un Trashorras que de claridad en la salida de balón y el equipo parece sufrir, algo que se suple con la clase de Oubiña y su clarividencia. El efecto Oubiña se hace notar cuando está, y sobre todo cuando no está.
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