Ricardo Álvarez Puig (11 de septiembre de 1984), futbolísticamente conocido como Richy, forma parte de la amplia lista de canteranos sin oportunidades en el primer equipo. El ahora defensa central del Girona tan solo tuvo una oportunidad en Liga, ante el Córdoba, de la mano de Hristo Stoichkov, que lo puso a jugar de lateral derecho para posteriormente relegarle nuevamente al filial, en lo que supuso una gran decepción para el futbolista. Acostumbrado a actuar como central o mediocentro, posición que ocupó muchísimas veces en el Celta B, Richy sufrió como pocos en una demarcación que le resultaba extraña.
Eran otros tiempos. Tiempos en los que no se confiaba en la cantera y el Celta B estaba simplemente para rellenar. Jugadores como Míchel Salgado o Borja Oubiña llegaban al primer equipo por pura inercia, porque era imposible obviar su talento, e incluso en el caso de Salgado tuvo que ser cedido al Salamanca para que en Vigo se diesen cuenta de que tenían una auténtica perla. Richy no tenía el talento de esos dos jugadores, así que apenas tuvo oportunidades, y cuando las tuvo, más que una oportunidad aquello pareció un finiquito. Regresó al filial, donde estaría esa y otra temporada hasta la finalización de su contrato sin mayores oportunidades.
De ahí pasó al Córdoba, donde militó durante dos temporadas y el pasado año llegó al Girona, con quién comenzó de titular, pero una inoportuna expulsión en la jornada inaugural le ha impedido tener la continuidad desesada. Hoy podría ser suplente en un estadio en el que siempre le hace ilusión jugar, y donde quisiera haber desarrollado su carrera, de haber tenido la oportunidad.
Sobre Richy siempre quedará la duda. La clave de su estancia en el Celta es que no se le dio la oportunidad de demostrar si valía o no. Bajo mi punto de vista en un central correcto, sin más, al que le costaría bastante hacerse con un hueco en el equipo, pero siempre me quedará el regusto de la injusticia que se cometió con él al no darle ni una sola oportunidad. Que diferente hubiese sido su carrera si se cruzase con Eusebio. Al menos, tendría la oportunidad, y quien sabe...
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