Foto: Marta G. Brea / FdV |
Pocas cosas se han podido salvar de las inundaciones que el miércoles afectaron al estadio de Balaídos, que se cubrió totalmente de agua y lodo. Todas las dependencias se vieron afectadas, y los daños más cuantiosos se han producido en el mobiliario, el material deportivo de la tienda y los equipos informáticos. No se salvaron ni las entradas reservadas para Riazor.
El agua se metió por todos los rincones de Balaídos, llevándose por delante incluso parte de las entradas del clásico gallego del 13-N que estaban depositadas en las oficinas de la Federación de Peñas del Celta. Las abundantes precipitaciones del miércoles ocasionaron daños importantes en todas las instalaciones del estadio del Celta. Desde el club se anuncian "cuantiosas pérdidas" económicas, ya que el 80 por ciento del mobiliario, equipos informáticos y casi todo el material deportivo de la tienda y almacenes quedaron bajo la riada que anegó toda la zona del Val do Fragoso. Se necesitará al menos un mes para reponer todos los desperfectos causados por el temporal que azotó la costa atlántica.
El agua se fue acumulando en torno al estadio del Celta y a medida que iba subiendo el nivel se fue llevando por delante medio centenar de vehículos que estaban estacionados en las inmediaciones. Además entró en todos los bajos comerciales, causando mucho daño en la tienda del Celta, mojándose gran parte de la ropa y el material deportivo que había en la misma y en dos almacenes contiguos. El club se quedó sin el stock que había recibido de Li Ning para la primera parte de la temporada.
Tampoco se salvaron de la riada las oficinas de abonados y las taquillas, afectando a los equipos informáticos y al mobiliario. En la sede de la Federación de Peñas, se mojaron muchas de las alrededor de mil entradas que se habían adquirido para asistir al clásico de Riazor. Unas 150 sufrieron gran deterioro, por lo que la federación se puso en contacto con el Deportivo, que les prometió cambiar estos billetes para que sus portadores no tengan problemas al acceder al campo coruñés.
La sala de prensa, la entrada del museo, los vestuarios y el césped del estadio tampoco se salvaron de la gran tromba de agua. El campo de fútbol quedó anegado, así como el foso que lo rodea y el túnel de acceso a los vestuarios. El lodo era visible ayer en la mayoría de las dependencias de Balaídos, donde se trabaja a marchas forzadas para reponer unas instalaciones que han quedado muy dañadas por las intensas lluvias. Las tiendas tardarán quince días en abrir al público y se necesitarán dos semanas más para que todo vuelva a estar como antes de la gran tormenta.
J. Conde / Faro de Vigo
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