Paco Herrera se ha empeñado en convertir a Iago Aspas en delantero centro, cuando el canterano se había movido en el campo como media punta desde sus comienzos. El entrenador le insiste al moañés que se tiene que prodigar más como goleador, y éste se está comportando como un alumno aplicado: contabiliza cuatro tantos en lo que va de temporada (dos en Copa y dos en Liga). Los dos últimos los ha firmado en un intervalo de cuatro días.
Ante el Valladolid fue el broche a una actuación sobresaliente. El domingo, frente al Xerez, fue el premio a su fulgurante irrupción desde el banquillo cuando el Celta perdía 3-1. Los celestes acabaron celebrando un empate en el tiempo de descuento. "Marcar dos goles tan seguidos me da mucha confianza, a pesar de que no estoy gozando de todos los minutos que quiero. El míster está optando por otros compañeros que también lo están haciendo bien, pero cuando juegas y marcas un gol siempre te da confianza", insiste el delantero.
Este curso, Aspas lleva unos números para superar los registros como rematador de la temporada pasada, en la que anotó cinco tantos en 36 partidos de Liga y uno en la Copa del Rey, ante el Alcorcón. "El míster me está viendo como un delantero y siempre me está diciendo que tengo que hacer más goles. En los últimos partidos he metido dos".
El que obtuvo en Jerez fue de un auténtico ariete: recibió el balón de espaldas, se acomodó el cuerpo mientras aguantaba al defensa, se giró y lanzó lejos del alcance de Doblas. "Trabajo para eso y cuando salen las jugadas así te sientes contento", apunta el canterano al referirse a la acción que protagonizó en los últimos minutos del partido en el estadio Chapín. "Uno siempre quiere jugar de titular pero tampoco es malo salir desde el banquillo", señala Aspas, antes de reconocer que cuando el domingo sustituyó a David Rodríguez pocos en el banquillo celeste confiaban en que se le pudiese dar la vuelta a un marcador adverso de 3-1. "Al final lo logramos y si el partido hubiera durado diez minutos más ahora estaríamos celebrando la victoria, seguro", comenta con satisfacción el jugador.
Aspas, no obstante, da por bueno el punto alcanzado ante el Xerez. "Tal como estaba el partido, hay que dar el empate por bueno porque a falta de diez minutos íbamos perdiendo 3-1". "Es difícil explicar que marcando tres goles fuera sólo hayamos empatado, pero seguimos cometiendo los errores de siempre, sobre todo a balón parado. Pero los primeros veinte minutos fueron muy buenos por nuestra parte. Después dominaron ellos y a raiz de los cambios el equipo dio un paso adelante y logramos el empate", añade.
Faro de Vigo
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