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Foto: Mykel |
Mucho se habla en los últimos tiempos del excelente trato que está teniendo el Real Club Celta con los futbolistas procedentes de A Madroa. El descenso a Segunda División y la obligada entrada en Ley Concursal debido a los problemas económicos han facilitado un aumento notable del protagonismo de los canteranos en el primer equipo celeste. En la actualidad son doce los jugadores que en algún momento han pasado por las categorías inferiores de la entidad y que a día de hoy tienen un hueco en la plantilla viguesa. Desde los Yoel, Lago o Mallo hasta los Oubiña, Álex López o Iago Aspas. Algunos con mayor protagonismo, otros con menos, pero lo cierto es que más de la mitad de las fichas de la escuadra que dirige Paco Herrera son de futbolistas procedentes de la factoría de Candeán.
Sin embargo, esto no fue siempre así. Hace unos meses, en una entrevista concedida a esta web, el ex-céltico Pablo Couñago hablaba sobre la carestía de oportunidades para los canteranos que imperaba en su etapa en el primer equipo celeste. Algo semejante podrían decir otros muchos futbolistas que no encontraron sitio en el Celta. Hablo de los Iago Bouzón, Roberto, Sergio Aragoneses, Jorge Rodríguez, Isaac…
Pero no hace falta retrotraerse tanto en el tiempo. En esta misma temporada, en esta misma época en la que la cantera tiene tanto protagonismo, todavía se siguen “despreciando” futbolistas del filial. El caso que más me llama la atención es el de Pedro Vázquez. El extremo vigués militó en el filial céltico hasta la pasada temporada, momento en el que expiró su contrato. Sin la certeza de poder contar con la posibilidad de dar el salto al primer equipo tras varios años en el Celta B, decidió aceptar la oferta del Villarreal B para jugar en Segunda División. A día de hoy es un asiduo de las alineaciones del filial amarillo y comienza a labrarse un hueco en la categoría de plata.
Ya el año pasado era un futbolista que destacaba en el segundo equipo celeste. Aunque su posición natural es más centrada, en A Madroa apostaron siempre por situarlo pegado a una banda, donde explotar su desborde y calidad. Titular indiscutible para Milo Abelleira, Pedro fue una pieza muy importante de un conjunto que durante la primera mitad de la temporada vivió en los puestos de ascenso para después desinflarse. Sus actuaciones no pasaron desapercibidas, excepto para un Celta que siempre le negó una sola oportunidad en un primer equipo al que llevaba mucho tiempo llamando a la puerta.
Es Pedro un futbolista sobresaliente al que yo recuerdo desde mucho antes. Con mis 12 o 13 años de entonces era habitual ir cada tarde de sábado a las instalaciones deportivas de Ureca y presenciar los partidos de un equipo cadete que maravillaba con su fútbol. En ese conjunto destacaba un Pedro Vázquez cuyo nivel era estratosférico para esa categoría. Sin necesidad de hacer demasiada memoria, no me olvido de esos entrenamientos entre semana en los que, de camino al vestuario, mis compañeros y yo echábamos un vistazo al tablón de anuncios, donde de vez en cuando aparecía la convocatoria de la selección española sub16. Una lista repleta de jóvenes futbolistas del Real Madrid, Barcelona, Atlético de Madrid, Valencia y, entre ellos, un jugador del humilde Ureca de Nigrán: Pedro Vázquez. Hoy en día, varios de los entrenadores que estaban y están todavía en el club del Val Miñor hablan de Pedro Vázquez como el segundo mejor futbolista que ha pasado por la entidad. Sólo por detrás de un tal Thiago Alcántara.
Como era lógico, salió de Nigrán con dirección Villarreal, de donde volvió tras problemas de adaptación. Su destino fue el Celta, donde disputó sus últimos años de juvenil para después integrarse en el filial. Su rendimiento ha sido notable durante todo este tiempo y lo cierto es que me cuesta encontrar una explicación por la cual no se le ha dado ni una sola oportunidad en el primer equipo celeste.
Ahora poco nada se puede hacer. Esperemos que el próximo domingo no siga el ejemplo de otro vigués, Iago Falqué, y nos arruine la fiesta en nuestro partido frente al Villarreal B. Calidad no le falta, como tampoco ganas de demostrar que en Praza de España se equivocaron con él. Sinceramente, pienso que tenía capacidad suficiente para tener minutos en este equipo. Seguramente no sería titular, pero podría aportar más que algunos con los que Herrera no cuenta demasiado. En fin, un auténtico desperdicio que con el tiempo se confirmará.
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