El doble pivote vuelve para quedarse


Foto: Ricardo Grobas / Faro de Vigo 

Paco Herrera ha dado con la fórmula para desplegar gran parte del arsenal atacante que posee el Celta. El técnico ha decidido modificar la línea media. Donde antes jugaban habitualmente tres futbolistas de corte defensivo, ahora lo hacen dos. El doble pivote que tantas alegrías produjo en Balaídos en el pasado reciente ha regresado. Y lo ha hecho para quedarse, porque el equipo de Herrera ha encontrado la solución para sacar adelante los partidos de casa. Los dos últimos los ha resuelto con victoria: ante el Huesca y el Girona, dos conjuntos que la pasada temporada supieron sacar tajada en el estadio del Lagares del galimatías en el que se habían metido los de Herrera al no encontrar más opciones de ataque que el contragolpe.

Ante el Huesca fueron Borja Oubiña y Alex López los que formaron el doble pivote que se encargó de sostener a un equipo que mostró una mortífera pegada con Joan Tomás, Quique de Lucas, Mario Bermejo y Aspas como atacantes.

El martes, ante los gerundenses, la pareja de pivotes estuvo formada por Cristian Bustos y Natxo Insa. Por delante se situaron Toni, Bermejo, Orellana y David Rodríguez. El equipo tuvo que madurar el encuentro y esperar la irrupción desde el banquillo de Joan Tomás y de Iago Aspas para superar al conjunto que entrena Raúl Agné.

Con este planteamiento táctico, el equipo celeste gana un jugador de ataque, que suele moverse como enganche entre la línea de medios y la vanguardia. La titularidad en esa posición se la ha ganado Joan Tomás, pero en ella también pueden actuar futbolistas como Toni, Orellana, Bermejo e incluso Aspas, aunque Herrera quiere convertir a éste último en uno de los mejores arietes de Segunda División. Lo está consiguiendo en este arranque de campeonato, después de que en las primeras jornadas le reservase un papel de revulsivo para los segundos tiempos de los partidos.

Y si Tomás y Aspas se han ganado la titularidad a pulso, otro tanto le ha sucedido a Oubiña, que ha ido acallando voces críticas que dudaban de su recuperación después del largo periodo de convalecencia por la grave lesión que sufrió en Inglaterra hace cuatro años.

El centrocampista vigués participó en el último ascenso del Celta a Primera División. En aquella temporada (2004-2005), Fernando Vázquez lo utilizó como único pivote defensivo, en un equipo que practicaba el 4-1-4-1. Después llegaría la época de utilizar dos pivotes, y los célticos se acostumbraron a jugar con un 4-2-3-1, que ahora ha vuelto a poner en práctica Herrera.

El entrenador extremeño buscaba fórmulas a las que se pudiese adaptar un equipo que había brillado con un juego basado únicamente en rápidos contraataques. Hasta que los rivales acertaron a pararlos, tapándoles los espacios abiertos en los que De Lucas y David Rodríguez se manejaban a gusto.

Tras renunciar al fallido intento de jugar con una defensa de tres centrales y dos carrileros, Herrera ha visto claro que el doble pivote es lo que mejor se adapta a las características de su plantilla, que quizás sea la de mayor potencial de la categoría, como se ha podido comprobar en estas dos últimas jornadas: con dos equipos diferentes ha sumado seis puntos.

Además, el equipo celeste se ha destacado como máximo goleador de la categoría de plata. Suma diecinueve goles en diez jornadas, lo que supone casi dos tantos por partido.

En ese apartado destacan David Rodríguez y Iago Aspas, con seis y cinco goles, respectivamente. El toledano se sitúa en cabeza de la clasificación de goleadores, compartida con Joselu, del Villarreal B. Ambos pueden coincidir el domingo en la localidad castellonense.

Y todo ese arsenal atacante del Celta ha surgido en las últimas semanas del doble pivote que Paco Herrera ha puesto en práctica. Un día está formado por Oubiña y Alex; y otro, por Bustos e Insa.

Jaime Conde /Faro de Vigo 

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