Piñeiro Crespo, el amigo de Catalá


Piñeiro Crespo será el encargado de dirigir el partido de esta tarde entre Celta y Elche. El descenso a Segunda nos enseñó a valorar a los árbitros de Primera División, que sin ser muy buenos, son bastantes mejores que los que se pasean por la categoría de plata. Entre ellos destaca Piñeiro Crespo, pero la relación de este colegiado con el Celta pasará a la historia por algo que sucedió fuera del terreno de juego, convirtiéndose en uno de los hechos más surrealistas de los últimos tiempos.

Todo aconteció durante un Celta- Albacete de la Temporada 2009-10, jornada séptima para ser más precisos. El partido fue muy caliente, ya que con el conjunto manchego regresaban a Vigo Pepe Murcia y Notario, entrenador y portero respectivamente del Celta durante el curso anterior. Ambos regresaban con muchas cuentas pendientes tras una mala salida del Celta. Murcia fue despedido por los malos resultados y no dejó muchos amigos en el vestuario, que castigó la imposición de Rubén y Peña como capitanes de la plantilla. Por su parte, Notario fue uno de los mejores jugadores del Celta hasta que llegó Eusebio y lo apartó del equipo por su comportamiento fuera del terreno de juego.

Por tanto, como era de esperar, llegó el ajuste de cuentas, primero sobre el terreno de juego, y tras el choque, Murcia y Notario esperaron a los jugadores del Celta y se organizó una tangana en el túnel de vestuarios bastante lamentable. Piñeiro Crespo, árbitro del encuentro, sacó la pluma y anotó en su libreta todo lo sucedido, añadiéndolo convenientemente al acta oficial del partido. Según el asturiano, Notario y Catalá se habían enzarzado y protagonizaron una pelea en el mencionado túnel.

Se esperaba una sanción ejemplar para ambos jugadores, que finalmente serían cuatro partidos por barba, pero la incredulidad se apoderó de los presentes, ya que David Catalá no había estado en la reyerta. El central celeste se mostró sorprendido y aseguro  que él no tenía nada que ver, pero el acta no se movió. Incluso Trashorras admitió publicamente haber sido él quién golpeó a Notario, y se pudo demostrar con las grabaciones de las cámaras de seguridad, pero ninguno de los comités competentes anularon la sanción. Catalá, sin comerlo ni beberlo, simplemente por un error arbitral, se perdería cuatro partidos. El Celta fue recurriendo y dejó de hacerlo en el mes de enero, para que Catalá cumpliese la sanción mientras se disputaba la Copa. En realidad, solo fueron dos partidos, pero esa sanción hizo mucho daño a Catalá que perdió la titularidad en favor de Andrés Túñez, que había ascendido desde el filial tras el traspaso de Jordi Figueras.

Hoy se volverán a reencontrar, y esperemos que Piñeiro Crespo esté un poco más lúcido cuando tenga que rellenar el acta oficial del partido. Lo de arbitrar bien es otra historia.

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