Natxo Insa comandó las operaciones celestes sobre el verde de Balaídos. Y lo hizo con mano firme y decidida en la que fue su presentación en partido oficial como jugador del Celta. El valenciano aporta al equipo la verticalidad de la que carecía en la posición de pivote, pero no rehuye el trabajo defensivo, se faja como el que más, colabora, cae a banda para hacer las coberturas de forma correcta. Roba y distribuye con criterio, se planta el áera con decisión, y es verdad que ayer se encontró con una vanguardia demasiado inmóvil, pero también tiene la capacidad de dar un último paso desequilibrante. Era un perfil de jugador que el Celta no tenía y que aportará cosas muy diferentes en ataque, y también en defensa.
Ayer no tenía a Bustos como compañero, sino a Oubiña, un futbolista muy diferente al alicantino. El capitán dejó muy buenas sensaciones sobre el terreno de juego, y se entendió a la perfección con Natxo Insa. Cualquier acometida de la Unión Deportiva en busca de una contra era cortada por la pareja de pivotes. Las comparaciones son odiosas e innecesarias, pero da gusto ver a los pivotes buscando el pase hacia delante y no la solución fácil del pase atrás.
Natxo Insa será uno de los jugadores más importantes en este Celta. Su presencia y su jerarquia ya son notorias, así como su entendimiento con el resto de sus compañeros. Aún es pronto, pero se vislumbra que el valenciano será un fichaje muy rentable para este Celta.
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