El Estado Municipal de Balaídos vivió ayer su primer partido liguero del curso 2011-12. A diferencia de otros años, y gracias a la huelga de futbolistas, el debut no llegaba en el mes de agosto, sino bien avanzado el mes de septiembre, con lo que habría una menor cantidad de abonados que no pudiese asistir al partido por estar de vacaciones fuera de la ciudad. Llegaba además con tres victorias en otros tantos partidos celebrados esta temporada, dos en Liga y uno en Copa, en un hroario ideal, las seis de la tarde de un domingo, partido retransmitido unicamente en canales de pago y sin que coincidiesen con el mismo otros partidos de interés en Primera División.
Se podría decir que no hay excusa para quedarse en casa, ya que incluso el tiempo acompañaba. No hacía calor como para ir a la playa, ni mucho menos, pero tampoco hacía frío como para que la tentación del sofá fuese irresistible. En definitiva, tarde de fútbol, ante un rival de entidad como el Elche, y con la posibilidad de continuar en lo alto de la tabla con una tercera victoria consecutiva en un inicio de temporada en Segunda, algo que el Celta no logra desde hace 20 años, justo cuando Gudelj aterrizó en Balaídos. Ya ha llovido.
En días pasados, el club ha filtrado la cifra de 12.200 abonados, por lo que, teniendo en cuenta que la asistencia en Balaídos fue de 9.700 espectadores, hay unos 2.500, como poco, que han renovado su abono y no han asistido a este partido. Eso obviando el hecho de que no todos los asistentes eran abonados. Entendemos que hay celtistas dispersados por el mundo, y que probablemente no puedan asistir al partido de ninguna manera, pero no son 2.500. Ni mucho menos.
Entonces, ¿dónde están esos 2.500? ¿Existen realmente? Creo que el celtismo ha perdido una buena oportunidad de reivindicarse. Somos pocos, cada vez menos, como queda demostrado domingo tras domingo en Balaídos. Es cierto que la gestión del Consejo de Administración no ha sido la correcta en aspectos muy importantes, y que seguramente ello tenga influencia, pero creo que al final el Celta está por encima de todo esto. Si en un partido como el de ayer, con todo a favor para acudir a Balaídos, no se llega a 10.000 espectadores, no quiero pensar lo que pasará cuando las circunstancias no sean tan favorables.
Eso sí, los que estaban en el campo tuvieron un comportamiento exquisito. El equipo tuvo el apoyo desde el minuto 1 al 90. Sabemos que no somos muy efusivos, pero no hubo ni un reproche, ni un silbido al equipo, que no se puede quejar. Éramos pocos, pero respondimos, solo fala que respondamos también en cantidad.
0 comments:
Publicar un comentario