Que vuelva el fútbol ya


El fútbol español sigue en huelga. Sus motivos tendrán, no lo podemos dudar ni se nos ocurrirá pensar que lo que lo que los futbolistas demandan son caprichos o asuntos menores. La razón les ampara, y posiblemente también la ética, pero no podemos dejar de pensar que cobran, o deberían al menos, por un espectáculo que embelesa cada fin de semana a millones de aficionados, que este fin de semana nos hemos quedado sin fútbol y que probablemente también nos quedemos sin él para la próxima semana, ya que a día de hoy, hay un porcentaje muy alto de posibilidades de que la segunda jornada también se aplace por la huelga al no llegar a un acuerdo entre AFE y LFP para desbloquearla.

Las diferencias son graves, y probablemente la huelga llegue tarde y no sirva para nada. O tal vez sí, pero para que se consiga algo tendrán que poner de su parte ambos estamentos, porque si tan culpable es la AFE, que es el sindicato convocante, tanto o más lo es la LFP por dejar que el fútbol degenere hasta unos extremos que lo hacen insostenible.  Escuchaba en Radio Marca a un periodista suizo que no era capaz de explicarle a sus compatriotas como era posible que en la Liga que más ingresos genera, solo superada por la Premier League, no cobran los jugadores porque no hay dinero. El problema sabemos todos cual es, pero nadie agarra el toro por los cuernos. Y desgraciadamente, nadie lo hará.

Mientras tanto, los aficionados seguimos sin fútbol, 42 equipos están parados por una huelga que impide que se disputen partidos de Liga pero no los amistosos ni los entrenamientos. Una huelga extrañísima, que pierde fuerza con el paso del tiempo. 42 equipos de fútbol que no juegan al fútbol, 42 aficiones que nos conformamos con recordar partidos anteriores, con hablar de la futura temporada, con divagar sobre asuntos menores. Lo que queremos es fútbol, y tal vez, con los dirigentes que tenemos, el futuro sea bastante negro. La RFEF y la LFP necesitan una regeneración urgente, necesitamos imitar modelos triunfantes de otras ligas, como la Premier, pero sobre todo la Bundesliga, con sus estadios llenos y su pujanza económica.  Hacerse socio del Borussia Dortmund sale bastante más barato que hacerlo del Celta. Ahora comparemos lo que ofrece un equipo y lo que ofrece el otro.

Porque los jugadores tienen sus motivos para ir a la huelga, pero, ¿Y los aficionados? Acaso nosotros no podríamos hacerlo por el trato abusivo y lamentable que se nos está dando en los últimos tiempos. Horarios para favorecer los ingresos televisivos, que solo van a parar a dos equipos, diversificación de horarios sin importar que sucede con el fútbol base, ese donde se forman los niños, precios abusivos por entrar a un estadio. Han matado la gallina de los huevos de oro. Y a algún iluminado se le ocurrió que la primera jornada de Liga, la que se ha aplazado por la huelga de los futbolistas, no se disputaría. Habría una Liga de 41 jornadas en Segunda y 37 en Primera. ¿A quién se le puede ocurrir semejante aberración?. Evidentemente, la medida no prosperó, al menos de momento, pero si así fuese, yo seré el primero en acudir a mi club a reclamar un descuento proporcional en mi abono a ese partido que me he perdido. No estaría mal que los aficionados demostrásemos la unión que están demostrando los futbolistas e hiciésemos huelga un fin de semana, pero como eso va a ser imposible, mientras tanto, que vuelva el fútbol ya. Mañana se vuelven a reunir AFE y LFP y sería una ocasión perfecta para llegar a un entendimiento y que el protagonista vuelva a ser el balón, el que nunca debió dejar de serlo. 

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