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Foto: Faro de Vigo |
Llegaba el Barcelona a Balaídos para medirse a un Celta que se jugaba la vida. Después de estrenarse ese mismo año en la Champions, el conjunto vigués había encadenado una racha horrorosa de derrotas que le había condenado a pelear por la permanencia en un agónico final de temporada. No era fácil medirse al Barcelona, que no atravesaba un gran momento, aún acoplándose al sistema de Rikjaard, pero que se presentó en Vigo con futbolistas de la talla de Victor Valdés, Iniesta, Davids, Cocu, Xavi, Ronaldinho, Saviola, Kluivert o el propio Luis Enrique.
El Celta ganó el partido, gracias a un gol de Edu, en el minuto 42 de la primera mitad, que servía para mantener con vida al equipo entrenado por Moncho Carnero, al que acompañaba Rafa Sáez, y que habían tomado el relevo del mediático Radomir Antic, que llegó a Vigo sin mayor interés que el de disputar la Champions para mantenerse en el candelero.
Por el Celta jugaron aquel día Cavallero, Velasco, Méndez, Cáceres, Juanfran, Mostovoi, Giovanella, Luccin, Oubiña, Milosevic y Edú. En la segunda mitad entraron José Ignacio, Gustavo López e Illic. Finalmente la victoria no serviría para mucho, ya que los célticos perderían los dos últimos partidos de la Liga y perderían la categoría, aunque la recuperarían tan solo un año después.
Ese 8 de mayo de 2004 es la fecha de la última victoria céltica ante el Barcelona en Balaídos, aunque desde entonces tan solo se han disputado cuatro temporadas, ya que el Celta ha militado seis años en Segunda División en la última década. De esos cuatro partidos, el Celta empató uno, en la Temporada 2012-13, con un gol de Oubiña en los últimos instantes, y cayó derrotado en otras tres ocasiones. En una de ellas, en la 2005-06, tuvo que ver además como los azulgrana celebraban sobre el césped de Balaídos su triunfo en la Liga.
Los célticos tendrán mañana una oportunidad histórica, ya que solamente una vez pudieron derrotar a los catalanes en los dos partidos de Liga. No sucede desde la Temporada 1941-42. Larrivey puso la primera piedra, y mañana él o cualquier otro compañero pueden rematar un trabajo histórico.