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LALO R. VILLAR |
No hay tiempo para deprimirse por los últimos resultados adversos. Andrés Túñez (Caracas, 1987) enarbola la esperanza como discurso de cara a las tres últimas jornadas. Reconoce que no hay más opción que un pleno de victorias y que al equipo, ante el Atlético, le pudo la ansiedad. Pero está convencido de que no volverán a caer en el error. Y de que hay vida.
- ¿Cómo está el vestuario tras la última derrota?
- Es un poco complicado. El equipo está mentalizado de que tenemos que ganar al Betis. En vez de estar abatidos, estamos todo lo contrario, con ganas de sacar el partido adelante. Quemar nuestras últimas oportunidades y darlo todo hasta final de temporada. Es lo único que tenemos en mente.
- Es decir, que la derrrota ante el Atlético no fue un paso atrás definitivo.
- No, desde luego que no. Es duro porque es una derrrota y más en la situación en la que estamos. Eso no lo vamos a negar pero ya en el momento en que nos metimos en la ducha al acabar el partido ya se habló de pensar en el Betis. El del Atlético era un partido de los que a principio de temporada puedes dar por perdido. Lo que nos lleva a la conclusión de que quedan tres partidos y si los ganamos estamos convencidos de que estamos fuera.
- ¿Hay que hacer tres de tres?
- Sí, claro. Nosotros nos metimos en esta situación y hay que hacerlo. Primero vamos a pensar en el Betis, los otros dos partidos están muy lejos. El Betis es lo que tenemos en mente, darlo todo y ganar ese encuentro para tener opciones hasta el final.
- Hablaba Borja Oubiña de que en el partido ante el Atlético el equipo falló a nivel mental en la segunda parte tras recibir el primer gol.
- Estoy de acuerdo. A partir de ahí se rompió un poco el equipo. La ansiedad es un factor que juega en nuestra contra. Pero no son excusas. Fuimos nosotros los que fallamos y contra el Betis tenemos que corregir esos errores, no los podemos tener más. Hemos demostrado que si tenemos paciencia somos un equipo complicado. Veníamos haciendo partidos buenos ante Mallorca, Levante y Zaragoza. Contra el Athletic también hicimos un encuentro serio y es lo que tenemos que repetir. Contra el Atlético, la ansiedad nos hizo perder las formas, pero ya lo hemos hablado en el equipo y sabemos que debemos tener la cabeza fría que tuvimos en esos partidos y esperar nuestra oportunidad, que seguro que la vamos a tener.
- El equipo estaba ganando en seguridad defensiva, pero el otro día recibió tres goles.
- El gol del córner es muy complicado de defender al ser peinado en el primer palo y el balón queda para una disputa entre dos y, aunque Augusto estaba defendiendo bien, el rival remató como remató y entró. Si es en la otra portería seguro que a nosotros no nos entra. Y el segundo gol, que fue el que acabó de matar el partido, fue en un rebote que entra y a nosotros tampoco nos pasa. Es la buena suerte que tienen los rivales y la mala que tenemos nosotros. A partir de ahí, fuimos a remolque.
- El Betis todavía se juega la presencia en Europa. ¿Eso lo hace más peligroso?
- Sabemos que va a ser un partido muy complicado. Ellos se juegan mucho y, además, será un encuentro de mucho calor. De ahí lo que hablamos dentro del vestuario: hay que corregir esas cosas, tener más tranquilidad. El equipo es consciente de ello y si lo logramos, nos traeremos los tres puntos.
- En lo personal. ¿Cómo está viviendo una situación tan dura, que no había tenido en su carrera?
- Son monentos duros. Verse ahí abajo es complicado. Pero somos profesionales y hay que llevarlo lo mejor posible. Esto es lo que nos gusta y no puedes bajar los brazos. En lo personal, voy a luchar hasta el final. No me gusta esta situación pero es lo que nos toca. No puedo lamentarme, sino pensar en el Betis y luchar hasta el final, que es lo que voy a hacer por este club.
- En el día a día, ayudará el apoyo incondicional de la afición, incluso tras la derrota del pasado miércoles en Balaídos.
- Es espectacular. Se está portando fenomenal. Quizás no nos lo merecemos por donde estamos. Tenemos que darle las gracias porque está siendo el factor fundamental para que tengamos vida hasta el final.