El Celta iguala las victorias logradas en 2017


Foto: Faro de Vigo

El Celta despide 2025 con un balance global que invita al optimismo, aunque no exento de matices. A lo largo del año natural, el equipo dirigido por Claudio Giráldez disputó 48 encuentros oficiales repartidos entre Liga, Copa del Rey y Liga Europa. El resultado: 19 victorias, 14 empates y 15 derrotas, unos números que reflejan competitividad y regularidad, ya que en cerca del 70 % de los partidos el conjunto vigués sumó al menos un punto.

No todo ha sido satisfactorio, especialmente en Balaídos. El estadio celeste vivió uno de sus tramos más frustrantes en los últimos años, con una racha de nueve partidos consecutivos sin conocer la victoria. Desde el triunfo ante el Sevilla en mayo (3-2) hasta el reciente 2-0 frente al Athletic Club, el Celta se mostró incapaz de convertir el empuje de su afición en resultados, a pesar de que el coliseo vigués rozó el lleno en numerosas jornadas y mantuvo un ambiente festivo constante.

Otro de los rasgos más llamativos del año ha sido la abundancia de empates a un gol. De los 14 partidos que terminaron en tablas desde enero, 11 acabaron con ese marcador, una señal de la dificultad del equipo para cerrar encuentros igualados. A ello se suma un dato que acentúa la sensación de deuda en casa: casi la mitad de las derrotas del curso, siete de quince, llegaron en Balaídos.

Paradójicamente, el mejor Celta de 2025 se vio lejos de Vigo. El equipo se mostró sólido y efectivo como visitante, escenario en el que logró 11 de sus 19 victorias. La lista de triunfos fuera incluye plazas tan dispares como Santander, Valladolid, Mallorca o Getafe, además de escenarios de mayor exigencia como Anoeta, Mendizorroza o incluso el Santiago Bernabéu. Tampoco faltaron las alegrías europeas, con éxitos en Zagreb, ni victorias coperas como la lograda ante el  Puerto de Vega.

Con esos 19 triunfos, el Celta de Giráldez alcanza cifras que evocan etapas recientes de estabilidad y crecimiento. El registro iguala el del último año de Eduardo Berizzo y el primero de Juan Carlos Unzué, en 2017, dos periodos que quedaron grabados en la memoria del celtismo como referencias de un equipo competitivo. Así, 2025 se cierra como un año de luces y sombras, pero con una base sólida sobre la que construir el futuro inmediato.


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