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Foto: RC Celta |
Carles Pérez fue uno de los jugadores que más sufrió con el esquema implementado por Claudio Giráldez en el Celta. Por sus características, es un extremo puro para jugar a pierna cambiada. Criado en el 4-3-3 de La Masía, también puede adaptarse a un sistema con extremos abiertos, como un 4-4-2, pero le cuesta mucho más con el 3-4-3 de Claudio Giráldez, en el que los atacantes juegan más por dentro, dejando la banda a los carrileros.
Ahí es donde lo ubicó Claudio Giráldez en los primeros encuentros, actuando como carrilero diestro, una función que le permite jugar en ataque por las zonas en las que habitualmente le prodiga, pero le exige mucho más en materia defensiva, aunque tiene un central cubriendo su espalda. Conviene aclarar que, aunque sufrió con el nuevo sistema, fue con el técnico porriñés con quien salió del ostracismo que tenía con Rafa Benítez, al que no le gustaban ciertas actitudes y métodos personales de entrenamiento del jugador.
Con Giráldez volvió a jugar, e incluso marcó un golazo ante el Sevilla para abrir una remontada en el Ramón Sánchez Pizjuán que acabó siendo clave para la permanencia, pero no acabó de sentirse cómodo ni de emocionar al técnico por su rendimiento. El catalán es uno de esos jugadores a los que el Celta no descarta, pero por los que estaría encantado de recibir ofertas, algo que hasta el momento no se ha producido.
El pasado sábado fue uno de los once jugadores que saltaron de inicio en el primer amistoso de la pretemporada, con el Benfica como rival. Claudio Giráldez sorprendió ubicándolo como carrilero izquierdo, con Ristic guardándole la espalda como central izquierdo. A los 10 minutos entraría Mingueza tras la lesión del balcánico. El catalán estuvo muy activo, como suele ser habitual en él, pero le costó adaptarse, especialmente en fase ofensiva, a su ubicación en el terreno de juego.
A Carles le gusta trazar diagonales para encontrar la portería rival o a sus compañeros. No es un extremo de ganar la línea de fondo y poner un centro, por su condición de zurdo jugando habitualmente a pierna cambiada por la derecha, y eso no lo puede hacer jugando por su lado más natural. Tendrá que adaptarse y cambiar ciertos parámetros de su juego, pero tiene una alternativa, una opción para que su juegue gane matices y siga creciendo. Lo tendrá difícil, porque esa banda parece para Hugo Álvarez, un futbolista que aún jugando a pierna cambiada es capaz de trazar diagonales, pero también de ganar línea de fondo.
Falta saber, y eso seguramente lo iremos comprobando en los próximos encuentros, si lo del sábado fue una simple prueba ante un rival exigente, o Claudio Giráldez busca consolidar esta idea para el futuro. Todo dependerá de lo que le ofrezca Carles Pérez, que el pasado sábado fue poco, pero quizás con el tiempo sea más.
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