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| Foto: Ricardo Grobas / Faro de Vigo |
El pasado domingo Balaídos vivió el regreso de Renato Tapia tras tres partidos de ausencia por lesión. El internacional peruano, recuperado por Rafa Benítez para la causa tras estar más fuera que dentro durante el pasado verano, se convirtió antes de la lesión sufrida en Cádiz en uno de los jugadores más destacados del equipo.
En su vuelta parece que nada ha cambiado y Tapia mantiene un buen estado de forma. No fue titular, porque Claudio Giráldez volvió a apostar por la pareja formada por Beltrán y Hugo Sotelo en la medular, pero tuvo su oportunidad en la segunda mitad, ocupando el puesto de Carl Starfelt como central liberado. El cambio le vino bien al equipo, ya que mejoró en la salida de balón, y a nivel defensivo no tuvo excesivo trabajo ya que el Rayo estaba más pendiente de mantener el empate que de buscar la portería contraria.
Tapia acabó el encuentro jugando como mediocentro, ya que unas molestias físicas recomendaron a Giráldez adelantar su posición y no arriesgar como último hombre. En ambos casos cumplió, y además estuvo a punto de convertirse en el héroe del partido con un cabezazo que salió lamiendo el palo de la meta rayista. Si hubiese acabado en el fondo de las mallas sería su primer gol como jugador del Celta después de más de un centenar de partidos con la elástica celeste sin estrenarse.
El gol no es la misión de Tapia, que aporta muchas cosas al equipo, y que nunca negocia el sacrificio en pos del colectivo. No es el jugador más vistoso, seguramente no acapare los flashes del público, pero es un futbolista muy necesario para el equipo, y es una excelente noticia que se haya recuperado y que mostrase un nivel muy similar al que tenía antes de la lesión. Quizás de las mejores de un domingo que no acabó como todos esperábamos.
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