El calendario para los equipos que disputan la Champions League es muy exigente cuando se llega a las eliminatorias finales. Los cuartos de final y las semifinales lo son especialmente ya que se disputan en dos semanas consecutivas, en las que es inevitable que los clubes implicados dejen un poco de lado la competición doméstica. El problema es que los equipos que disputan esta competición suelen estar jugándose LaLiga coincidiendo con las últimas rondas.
Esto es un serio problema para LaLiga, que sortea los calendarios con una mano inocente y digital antes del comienzo de la competición, cuando ya se conocen las fechas de la Champions League. Esta temporada ha habido dos fechas complicadas en esta competición: Las eliminatorias de cuartos y semifinales. Entre los partidos de ida y vuelta ha habido un partido de Liga incómodo y molesto para los implicados. Incómodo porque supone jugar con muy poca separación de tiempo y por tanto obliga a realizar rotaciones, y molesto porque estas rotaciones pueden suponer una pérdida de puntos que puede incidir en la competición doméstica.
Pero entonces entra en juego la casualidad, el tan poco valorado azar que suaviza los efectos de esta competición. Las jornadas clave eran la 31 y la 34. La primera estaba insertada entre el partido de ida y de vuelta de los cuartos de finales. La segunda exactamente lo mismo para las semifinales. Veamos qué decidió el azar para los tres equipos con más opciones en esta competición.
Jornada 31
- Mallorca - Real Madrid
- Cádiz - Barcelona
- Atlético - Girona
Jornada 34
- Mallorca - Atlético
- Real Madrid - Cádiz
- Girona - Barcelona
Observemos como el azar ha construido un patrón. La casualidad ha colocado a estos tres equipos enfrentándose a los mismos tres rivales en los dos partidos entre eliminatorias. Mallorca, Cádiz y Girona. Todos ellos equipos que, a priori, estarían en la parte baja de la tabla. Pudiéramos pensar incluso que en el mes de julio parecían equipos sencillos. En el caso de Mallorca y de Cádiz así ha sido. El azar no vio venir lo del Girona.
El sorteo del calendario está lleno de condicionantes, alguno reconocido y otros no. Por ejemplo, los equipos de la misma ciudad no suelen coincidir en sus partidos como local. Si el Sevilla juega como local, el Betis es visitante. Rara vez coinciden. Si hay fiestas en una ciudad, casualmente no suele tocar partido en casa para evitar los problemas de seguridad derivados de atender la festividad y el partido de fútbol. Madrid y Barcelona no se pueden enfrentar en las primeras jornadas ni en las últimas. Los cuatro equipos de la supercopa suelen enfrentarse entre sí el fin de semana en que se disputa esta competición. Y no olvidemos que en Segunda División los derbis asturianos o canarios, cuando los hay, suelen coincidir con una fecha FIFA, y por tanto sin partidos en Primera División.
Un montón de condicionantes que la mano inocente y digital tiene en cuenta a la hora de sacar las bolitas con el calendario definitivo. Y esta vez también ha tenido el detalle de ayudar a los equipos Champions, suponiendo que llegasen hasta la penúltima ronda. Solo uno de ellos ha llegado, y es curiosamente el Real Madrid, que se mide al rival del Celta en la lucha por la permanencia. ¿Estarán despistados los blancos en este encuentro y lo puede aprovechar el Cádiz?.
Es una auténtica incógnita, y seguramente dependerá en gran medida de lo que pase este fin de semana en el Clásico. El Real Madrid llega a este encuentro con 8 puntos de ventaja sobre el Barcelona. Si ganan los blancos se irán hasta los 11 y tendrán LaLiga casi sentenciada. Si llegan a esa jornada 34 con LaLiga ganada, da bastante miedo pensar en lo que pueda pasar. Ganar en el Bernabéu es muy difícil, pero creo que todos los equipos de LaLiga firmarían jugar ese partido con el Real Madrid ya campeón y pendiente de la eliminatoria de semifinales de la Champions.
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