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| Foto: Óscar Vázquez / La Voz de Galicia |
Los partidos de pretemporada fueron una ilusión para el celtismo. Los buenos resultados obtenidos ante equipos de prestigio como el Olympique Lyonnais o el Wolfsburgo, y la buena imagen presentado ante el Benfica, además de las victorias solventes ante Al Nassr y Compostela no fueron más que un espejismo.
El Club Atlético Osasuna desnudó al Celta de Benítez, a quien le faltan varios jugadores para completar un plantel si pretende ser competitivo esta temporada. El técnico madrileño fue el primero en reconocerlo al finalizar el partido, pero ya había avanzado antes del mismo que se estaba trabajando "en dos o tres cosas".
Con el ansiado traspaso de Gabri Veiga al Napoli, la directiva celeste ya no tiene excusa para lanzarse al mercado y darle a Benítez un equipo que mejore la plantilla del año pasado. A día de hoy, sin Gabri Veiga y con Iago Aspas con un año más a sus espaldas, el equipo es peor que el del pasado curso, y eso es muy peligroso.
La parte positiva es que quedan más de quince días para que se cierre el mercado. Tiempo suficiente para reforzar la plantilla, porque la marcha de Gabri, aunque no se haya hecho oficial, se da por hecha desde hace varios días. Por delante tiene mucho trabajo Luís Campos y su equipo. El ejecutivo luso debe cerrar el fichaje de un guardameta de garantías, un lateral izquierdo, lo de ayer con Cervi como titular desnuda por completo la planificación deportiva, un delantero que compita con Strand Larsen, en quien sigue existiendo mucha confianza, y sería interesante reforzar la medular con un futbolista de músculo.
Obviamente no van a llegar jugadores para todas esas posiciones, porque además el Celta ha sido incapaz hasta la fecha de encontrar destino a los tres jugadores con los que no cuenta, y que ocupan su ficha imposibilitando la llegada de todos los refuerzos que se necesitan. Pero eso también es gestión. Ha pasado más de un mes desde su incorporación y no se ha podido resolver este asunto.
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