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| Foto: EFE |
Una de las sorpresas del partido fue ver a Williot Swedberg sobre el terreno de juego. El futbolista sueco estaba inédito en la competición liguera, ya que no acababa de convencer a Eduardo Coudet, pero en el primer partido de Carlos Carvalhal pudo disfrutar de sus primeros minutos como jugador del Celta en partido oficial.
El jugador escandinavo saltó al terreno de juego en el minuto 56, acompañado de Gonçalo Paciência. Existía mucho interés por verle en un partido de verdad, ya que hasta la fecha solo le habíamos podido ver en los amistosos de verano, cuando el equipo estaba a medio formar, y lo cierto es que su debut dejó un tanto fría a la afición.
Arrancó bastante bien, y su primera acción fue recibida con entusiasmo por la afición, pero a partir de ahí se fue diluyendo. Recibió una cartulina amarilla a los pocos minutos, y acabó bastante tapado, sin participar excesivamente en el juego del equipo, en un momento en el que se le necesitaba para tratar de generar el desequilibro necesario para romper las robustas líneas de Osasuna.
Evidentemente no podemos juzgarle por el partido de anoche. En primer lugar porque el equipo en su conjunto no estuvo excesivamente bien, porque entró en un momento en el que el equipo parecía bastante desquiciado ante la imposibilidad de superar al rival, y no debemos obviar que le falta ritmo de competición. Su último partido fue en el mes de agosto, y se trataba de un amistoso en el que se le vio muy poco ritmo. Necesita ir entrando poco a poco y superar ese proceso de adaptación lógico a una competición diferente a la sueca, especialmente en cuanto a la velocidad de ejecución, pero para adquirirlo necesita minutos de juego.
En el club existe plena confianza en sus condiciones, sobre todo a medio plazo. No nos olvidemos que es una apuesta personal de Luís Campos, lo que a día de es dogma en Casa Celta
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