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| Foto: EFE |
Celta y Getafe vivirán este lunes (21:00) un interesante duelo sobre el terreno de juego, y también en la tribuna de autoridades, donde se reencontrarán Ángel Torres y Carlos Mouriño, que imaginamos que antes ya lo harán en la comida de directivas, donde seguramente se corte la tensión.
Todo comenzó a raíz de la cesión de Okay Yokuslu al Getafe. El club vigués daba por hecho que los madrileños comprarían al futbolista en caso de permanecer en Primera División, al parecer era un acuerdo verbal entre ambas partes que incumplió Ángel Torres.
El presidente céltico fue claro cuando se le preguntó por este asunto: “La llamada del presidente del Getafe fue muy clara, clarísima. Tenía un problema de tope salarial y se compromete a que si quedaban en Primera comprarían a Okay. No se cumplió la palabra y no hay más que decir”, señaló el mandatario celeste. El internacional turco regresó a la disciplina céltica, aunque sería inmediatamente liberado de su compromiso. El Celta perdía 3 millones de euros en esta especia de confusión.
El presidente getafense también fue muy claro: “En el fútbol de hoy en día no existen los contratos verbales”. Es fácil deducir que Torres se la jugó a Mouriño, comprometiéndose verbalmente con algo que finalmente no cumplió porque no estaba registrado por escrito.
Durant el verano continuaron las fricciones con varios intereses comunes en futbolistas. El caso más conocido es el de Borja Mayoral, que tuvo que decidir entre la oferta del Getafe y la del Celta. También Seoane se relacionó con el Celta y acabó en el club madrileño, no así Carles Pérez, por el que se interesó el Getafe y finalmente ficharía por el club vigués.
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