La cláusula Griezmann de Gabri Veiga



Eduardo Coudet sigue cociendo a fuego lento la explosión de Gabri Veiga. El canterano no solo ha demostrado que merece un sitio en la plantilla, aún tiene ficha del filial después de tres temporadas alternando el Celta con el Celta B, sino que debe ser titular, y si analizamos el rendimiento de todos los jugadores durante estas cinco primeras jornadas, estará entre los más destacados del equipo. 

Gabri Veiga está dando un puñetazo tras otro en todas las mesas que se le ponen por delante, y derriba una tras otra todas las puertas que debe atravesar en su evolución. No hay mucho más que pueda hacer, salvo seguir trabajando con la humilidad con la que lo ha hecho hasta este momento. Ese será su palanca para derribar la puerta definitiva. Se lo comentó ayer Juanfran en la entrevista que concedió a DAZN el de Porriño al final del partido. 

Porque Coudet quiere ir con calma con él. Lo lógico es que ayer saliese en el once inicial. Ha hecho méritos en los últimos partidos para merecerlo, pero el preparador argentino recuerda una y otra vez que no hay prisa, que hay que ir con calma, protegiendo y cuidando al futbolista. Dándole minutos y experiencia sin querer acortar los plazos, a pesar de que el rendimiento del futbolista invita a abandonar la prudencia,  ponerlo de titular y darle la manija del equipo desde el minuto 1. 

Por el contrario Coudet actúa como si tuviese un contrato de cesión según el cual el Celta tuviese que pagar más, pongamos por ejemplo al Barcelona, en caso de salir al campo antes del minuto 60. Pero aún así, al técnico celeste le cuesta cada vez más ser un hombre de club, como diría Simeone en el hipotético caso de que le sucediese algo así, y no aguanta al minuto 60 para ponerlo. Ante el Cádiz salió tras el descanso, y ayer cuando habían transcurrido menos de 10 minutos de la segunda mitad. 

Porque Coudet, por muchas críticas que reciba por parte de la sorprendente afición celeste, sabe mucho de fútbol, y entiende que muy pocos jugadores tienen el fútbol en las botas que tiene el canterano. Por eso es cuestión de tiempo que deje de protegerlo y de cuidarlo, y le de los minutos que se ha ganado en el campo. A la porra la cláusula Griezmann. 

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