¡Qué viene el VAR!


Foto: Octavio Passos / Getty Images

Es innegable que la implantación del VAR ha traído justicia al fútbol. A día de hoy los errores arbitrales son menos que antes de que existiese el video arbitraje, pero como todos los sistemas no es perfecto, y cuando algún equipo se siente perjudicado parece que el dolor es mayor. ¿Cómo es posible que la tecnología no impida errores?. Es lo que se preguntan muchos aficionados cuando sufren alguna decisión arbitral injusta. 

El mayor ejemplo de impotencia que ha vivido el celtismo seguramente fue ante el rival de este sábado, por la reiteración en los errores. Fue durísimo aquel penalti inexistente señalado en Mallorca, en un partido que acabaría en goleada, pero lo del choque ante el Real Madrid de la pasada temporada fue bochornoso. 

"¡Otro, otro!", pedía el respetable en Balaídos después de que el inimitable González Fuertes señalase hasta tres penaltis, todos ellos muy discutibles. Pocos equipos como el Real Madrid han entendido el funcionamiento del VAR. En los primeros partidos tras la implementación de este sistema lo sufrieron en carnes propias. Goles anulados por el VAR tras ser concedidos por el colegiado, o viceversa. La temporada no empezó bien, pero como todas las novedades tras un tiempo de adaptación, se han convertido en auténticos dominadores de este sistema, especialmente con los penaltis. 

Los futbolistas blancos saben mejor que nadie como funciona el sistema, y al mínimo contacto en el área se lanzan al suelo. La jugada se revisa, el colegiado ve que hay contacto, y la sensibilidad de los árbitros con los equipos grandes hace el resto. Penalti. Al  menos algo ha cambiado, ya que antes no necesitaban ni que existiese el contacto, como Cristiano Ronaldo demostró en uno de los penaltis más surrealistas dela historia, también con el Celta como víctima. 

¿Y los árbitros qué?. Son humanos y no se complican la vida. Si hay contacto es penalti, da igual que éste sea insuficiente para tirar a un hombretón de 25 años que se pasa horas musculándose para ser más fuerte que los demás. Esto es un matiz menor, porque en caso de duda, el error siempre tiene que apuntar al mismo sitio, hacia los que menos ruido hacen. Eso siempre fue así, y lo seguirá siendo. 

Y es lógico que en la previa a este partido el celtismo tiemble con el VAR como a los niños de los años ochenta nos hacían temblar con el coco y el hombre del saco. Lo que pasa es que este coco 2.0 llega aunque estés dormido. Los monstruos del siglo XXI no respetan ni el sueño. 

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