Gabri Veiga llama a la puerta de la titularidad


Foto: Alex Caparrós / Getty Images

Gabri Veiga es una de las grandes promesas de la cantera celeste. Su talento ya no pasó desapercibido para Óscar García, que le dio oportunidades hace dos temporadas. El porriñés estuvo entonces a la altura, aunque todo se complicó posteriormente. La llegada de Coudet supuso un pequeño retroceso inicialmente en su camino hacia el primer equipo, pero dos temporadas después ha convencido completamente al preparador argentino. 

En realidad no necesitó dos años para enamorarse de su juego.  La pasada temporada ya lo reclamó cuando no podía entrenar con el primer equipo por el veto del club mientras no se cerraba su renovación. Una vez cerrado el acuerdo, y ya con permiso para contar con él, Coudet lo incorporó con naturalidad al primer equipo, disputando los últimos partidos del campeonato. 

Este verano pasó a formar parte de la primera plantilla, no de forma totalmente efectiva, porque sigue contando con ficha del filial, pero Coudet lo ha integrado totalmente en el primer equipo, y de hecho ha participado en los tres encuentros de Liga que se han disputado hasta la fecha. Frente a Espanyol y Real Madrid fueron minutos testimoniales, pero ayer tuvo más minutos debido a la lesión de Renato Tapia. 

El canterano saltó al terreno de juego en un momento delicado, con el marcador ajustado y el Girona apretando. El Celta debía hacerse fuerte en el centro del campo, y Coudet, al que siempre acusan de no confiar en los jóvenes, no dudó a la hora de incorporar al juego a Gabri Veiga, que además respondió con un partido muy serio, en el que logró imponerse en el centro del campo, formando una gran dupla junto a Fran Beltrán. 

El porriñés está aporreando la puerta de la titularidad. No va a ser fácil, porque Coudet tiene bastante donde elegir en la medular, pero sin duda ha hecho méritos para ganarse alguna presencia en el once inicial, que además le vendrá muy bien para consolidar la confianza en sus posibilidades. Decía entre semana que era muy difícil hacer lo que hacía Denis Suárez, y que a él le faltaba un largo camino para hacerlo. La humildad y la modestia por bandera, pero nadie duda que a medio plazo, él debe ser el nuevo Denis. 

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