De la tierra de nadie a asomarse al abismo


Foto: Alex Caparrós / Getty Images

Hace unas semanas Coudet mostró su descontento cuando un periodista se refirió a la situación del Celta como “tierra de nadie”, haciendo referencia a un final de temporada con poco en juego, con Europa demasiado lejos y el descenso a una distancia suficiente como para vivir tranquilos hasta el final de la temporada. 

Pero todo aquello ha ido cambiando poco a poco. No porque Europa se acercara, sino porque los malos resultados del equipo en las últimas jornadas han hecho que el descenso se vaya acercando poco a poco. A día de hoy el Celta cuenta con 8 puntos d ventaja sobre las plazas de descenso, y tiene varios equipos por el medio. No debería asustarnos esta lucha, pero todo dependerá de lo que haga el equipo en los próximos dos partidos. 

El próximo fin de semana toca una siempre complicada visita a San Mamés, ante un Athletic que está en plena pelea por las plazas europeas, y la siguiente jornada es en Balaídos, un partido entre semana ante el Getafe de Quique Sánchez Flores, otro de los equipos implicados de lleno en la lucha por el descenso, y que solo tiene 4 puntos menos que el Celta en estos momentos. 

Las relajaciones nunca son buenas. No digo que hoy hayamos perdido por eso, pero es evidente que cuánto antes consigamos esa victoria que parece que falta para cerrar la permanencia, más tranquilos viviremos lo que resta de curso. Todos recordamos la temporada 2019-20, tras el parón por el confinamiento, cuando parecía resuelto antes de visitar Mallorca, y acabamos logrando una agónica permanencia y salvados más por los errores de otros que por nuestros aciertos. Eso es lo que hay que evitar. 

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