Abel Caballero anunció antes de comenzar las obras de Balaídos que la reforma completa estaría terminada para la Temporada 2016-17. Casi cinco años después sigue manteniendo que no hay ni un solo día de retraso en las obras, mientras ayer mismo volvía a anunciar un nuevo retraso, negando de nuevo tal retraso, como si la hemeroteca no existiese.
Dejando al margen el fallo en los plazos de reforma del estadio, que es dantesca, la grada de Marcador acumula ya casi un año de retraso sobre la fecha anunciada inicialmente, cuando en octubre de 2020 señaló que estaría listo en 18 meses. Cuando las obras comenzaron, apuntó a mayo de 2022, luego a septiembre y ayer confirmó que la grada estará lista para principios de 2023. Todo según lo previsto.
El regidor comentó que se ha tenido que realizar “una pequeña modificación técnica tras encontrar restos de muros de los que no había constancia. Las condiciones del subsuelo son las que son y hay que adaptarse. Este modificado no incrementa un solo céntimo el coste de la obra ni afecta a su plazo de ejecución”, señaló justo después de anunciar que los plazos de ejecución cambiaban.
A partir de este jueves comenzarán las obras para derribar la parte que aún sigue en pie de la grada: “Tuvimos que mantenerla sin demoler porque ahí se alojan los transformadores eléctricos que dan iluminación al campo. Como ya hay otra zona que puede acoger los transformadores empezaremos la demolición. Durará pocos días porque es una parte menor”, apuntó el alcalde.
Caballero volvió a atacar de nuevo a la Xunta de Galicia, que no paga la reforma pero “eso sí, al palco van. Los millones de euros los suelta el Concello y la Diputación. La Xunta no financia ni un céntimo, se sientan en la grada y naranjas de la China”, explicó el primer edil, que desde que la Zona Franca está en manos socialistas ha dejado de pedirle que colabore económicamente con la obra. Algo que probablemente es mera casualidad.
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