Iago Aspas vivió ayer un día especial, aunque con final infeliz para un jugador que siempre quiere ganar. El moañés no pudo celebrar con victoria su partido número 400 con la elástica celeste, ya que el Celta cayó derrotado en Anoeta con un solitario gol de Oyarzábal.
El canterano debutó en el primer equipo en el año 2008, en un partido de Segunda División disputado en El Helmántica ante la extinta UD Salamanca. Se trataba de un partido intrascendente en las últimas jornadas de Liga, ya sin nada en juego para el Celta, que un año después sí se jugaría mucho ante el Alavés en casa, y esa fue la aparición estelar de Iago Aspas ante su público, con un doblete que garantizaba la permanencia del equipo en la categoría de plata.
Ahí comenzó una estelar carrera en el Celta que le llevó a Primera División tres años después, con Iago Aspas como el Trofeo Zarra de Segunda División, un trofeo que conseguiría en otras tres ocasiones, pero ya en Primera División, llevando al club celeste a dos semifinales de Copa y una de la Europa League.
De estos 400 partidos de Aspas con el Celta nos queda la sensación de que tenemos a un futbolista que siempre ha estado muy por encima del resto del equipo, lo que ha generado una cierta dependencia en las ausencias del futbolista. Todos recordamos lo sucedido en la Temporada 2018-19, cuando una baja del moañés que se prolongó durante 3 meses casi lleva al equipo a Segunda División. Tuvo que regresar para firmar un fin de temporada glorioso y salvar al equipo. Prácticamente él solo.
Así es Aspas y así lo ha sido. Algunos dudaron de él en este comienzo de temporada, pero acabó la primera vuelta con 10 goles, siendo el tercer máximo goleador del campeonato. Nunca se debe dudar del posiblemente mejor jugador de la historia, que ayer alcanzó los 400 goles, solo superado por Manolo y Hugo Mallo, con 176 goles en su haber, más que ningún otro en la casi centenaria historia del club. Sin duda toda una leyenda.
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