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| Foto: Getty Images |
En la previa al partido que enfrentó a Celta y Valencia proliferaron las comparativas sobre el rendimiento de Maxi Gómez y Santi Mina, delanteros que en el verano de 2019 protagonizaron un intercambio entre los dos clubes, en el que además el Celta recibía 15 millones de euros extra. Una operación que el tiempo no ha situado nada mal, a pesar de que en aquel momento parecía que se podía sacar bastante más por el uruguayo.
Lo cierto es que en el Valencia no tienen motivos para celebrar el éxito de ese fichaje. Maxi Gómez rindió la primera temporada por debajo del nivel que ofreció en el Celta, y en las siguientes temporadas ha ido a peor. Por contra, Santi Mina, que empzó mal, ha crecido enormemente desde la llegada de Edaurdo Coudet, y acabó la temporada pasada a un gran nivel, anotando 11 goles en la segunda vuelta. Esta temporada ha empezado un poco más tímido, pero era complicado mantener el nivel ofrecido en la recta final del pasado ejercicio.
Sin embargo en los enfrentamientos directos entre ambos clubes, Maxi Gómez gana claramente la batalla, y ayer volvió a ser clave con el tanto que culminaba la remontada valencianista, iniciada con un gol de Hugo Duro que se encontró con un balón en el área céltica tras la presión del uruguayo en la salida de balón. La pasada temporada marcó en Balaídos, aunque no sirvió de mucho ya que ganó el Celta, y provocó la expulsión de Rubén Blanco en Mestalla, donde sí lograron el triunfo los ché.
El misterio es por qué no triunfa en Mestalla. Los que vimos a Maxi Gómez durante dos temporadas en el Celta sabemos lo que puede dar, y lo que de hecho dio en Vigo, con cifras espectaculares que quizás merecían un mayor traspaso a la hora de desprenderse de él. Ayer, en su celebración, pidió disculpas a Balaídos de forma reiterada, y en la entrevista posterior al partido volvió a mostrar su agradecimiento a la afición céltica por su apoyo durante su época como jugador celeste. No hay que cerrar ninguna puerta.
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