La nueva normalidad


Foto: Víctor Villar

El Celta vivió ayer su tercer partido, cuarto si contamos el último de la pasada temporada, con presencia de público y restricciones de aforo. Entendemos que no es fácil gestionar esta situación, y que la reforma de Marcador, con la consiguiente recolocación de abonados de Marcador en otras gradas, no facilita dicha gestión, pero con cariño se podría hacer mucho mejor. 

Las quejas de los abonados van en aumento por la aleatoria ubicación en los partidos. No parece muy normal que un abonado de Río bajo/alto acabe viendo el partido en una esquina, con visibilidad reducida, especialmente en las filas bajas de Río bajo, mientras que muchos a muchos abonados recolocados de Marcador se les asignan asientos en zonas centrales de la grada. 

También, como podemos ver en la foto que nos adjunta un socio de Marcador, se asignaron butacas indecentes, en las que la visibilidad es nula en una de las dos porterías. Son varios los asientos que cuentan con esa problemática en la zona de la afición visitante. 

Esto se une a otros errores de bulto cometidos durante la Campaña de renovaciones, cuando el club llegó a llamar a aficionados para indicar que sus hijos, menores de 6 años, deberían ser recolocados en otras gradas. Llamadas indignas para un club al que los aficionados parecen importarle cada vez menos. 

Desde el club se justifican asegurando que el reparto de entradas lo hace una empresa externa, pero todo servicio externo cumple directrices de la empresa que la contrata -y le paga- porque al final el responsable de los errores nunca será la subcontrata sino la empresa que paga por dichos servicios. 

También hemos visto quejas relativas a la baja afluencia de público con respecto al número de aficionados que podían acudir al estadio. Aquí se juntan dos factores: La picaresca del que pide la entrada sabiendo que no va a poder acudir, con la esperanza de que le devuelven el dinero en caso de no ser agraciado con la entrada, y los problemas de lectura de los códigos QR, por lo que muchos aficionados accedieron al estadio sin pasar por los tornos, y por tanto sin ser contabilizados. 

Ya queda menos para que se eliminen las restricciones en los estadios de fútbol, o eso esperamos, para poder regresar a la vieja normalidad, porque la nueva no ha sido muy bien gestionado por el club. 

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