El héroe y la tragedia



“Enséñame un héroe y te escribiré una tragedia”, dijo el escritor estadounidense Scott Fitzgerald. Ayer Florentino Pérez acudió a El Chiringuito disfrazado de héroe salvador del fútbol, no de su equipo, sino de un deporte, que según él se va a pique por los avatares del destino, sin que ninguno de los responsables de los clubes tengan responsabilidad. La culpa la tienen los equipos modestos, que hacen que los “fans” se aburran del juego. 

La tragedia en este caso coincide con el autodenominado héroe. Pocos como él representan el descenso a los infiernos de este deporte como tal. Salvó al Real Madrid con un pelotazo urbanístico que pagaron todos los madrileños, y a partir de ahí solo ha ido engordando la deuda, sin reducir el gasto. Ayer presumió de 400 millones de pérdidas durante las dos últimas temporadas. La culpa, de la pandemia. 

Con un estadio reformado con coste galáctico, el club necesita ingresos de forma urgente, y los que tiene ahora no le llegan. Ni al Real Madrid ni a ninguno de los otros once clubes integrantes de esta aberración, sumidos por las deudas en la mayoría de los casos. Al tiempo, el propio Florentino lamentó que clubes más modestos tengan beneficios mientras el Barcelona tiene 200 millones de pérdidas. 

En ningún momento se plantea que puede ser un problema de gestión. Que los clubes modestos gastan lo que tienen, y no fichan jugadores que no se pueden permitir. El Celta, sin ir más lejos, incorporó a dos futbolistas a coste cero, y solo pudo comprar el 50% de Baeza. No reforzó la delantera y tuvo serios problemas para que cuadrasen las cuentas. 

Otros fichan por encima de sus posibilidades, gastan cantidades millonarias y van a la tele a quejarse de que tienen pérdidas mientras otros equipos acumulan beneficios. Pero curiosamente, uno de los motivos que llevan a estos generosos clubes a irse por su cuenta a una liga privada, es salvar el fútbol. Florentino Pérez repitió en varias ocasiones ese mantra: “Venimos a salvar este deporte. Si no hacemos nada, para 2024 no habrá ningún fútbol que salvar”. 

Y es curioso, porque estos clubes que no saben gestionar sus millonarios ingresos aseguran que la superliga está aquí  para salvar a los clubes que sí gestionan bien y no tienen pérdidas. A priori parece carecer de sentido, pero si lo piensas bien es todavía peor. 

La FIFA, la UEFA y LaLiga son organismos que desde luego no merecen ninguna defensa, pero en este caso tienen una oportunidad única de poner en su sitio a estos horribles gestores. Es momento de demostrar valentía y no dejar impresionarse.  Todos sabemos que si hoy aceptan darles más dinero, en dos o tres años estarán pagando traspasos de 500 millones de euros  y pidiendo más dinero porque el fútbol se va a pique.  

Son ellos, los que se creen héroes, los que escriben la tragedia del fútbol. Son ellos los que han prostituido este deporte, pagando traspasos indecentes y enriqueciendo hasta límites insospechados a los futbolistas. Son ellos los que han creado la tontería que rodea al fútbol actual y que está convirtiendo este deporte en algo muy diferente a lo que todos conocíamos. Si esa es su manera de salvar el fútbol, casi es preferible que no se salve. 

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