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| Foto: LFP |
No era muy difícil que Renato Tapia se convirtiera en el mejor fichaje del Celta esta temporada. Solo ha habido tres, uno con ficha del filial (Baeza), y otro que se marchó al Espanyol (Vadillo), por tanto convendremos en que, a poco que lo hiciese bien el peruano, se llevaría tal distinción. Más complicado era convertirse en el mejor fichaje de los últimos años, porque ahí ya tenía una competencia más dura.
Y si no lo es, está muy cerca de convertirse. Tapia convence al celtismo desde el minuto 0, y parece crecer en cada partido. En San Mamés fue, probablemente, el mejor sobre el terreno de juego, haciendo un trabajo impagable para llevar a cabo el plan y la propuesta de Coudet. Porque el sistema del técnico argentino necesita un pivote que pueda asumir toda la responsabilidad defensiva, y le exige además cierto grado de creación de juego.
Sería difícil entender el sistema de Coudet con la ausencia de Tapia, y un buen ejemplo de ello es el partido de ayer, en el que siempre aparecía cuando se complicaban las cosas, rebañando balones sueltos, anticipándose a los rivales, corrigiendo la posición de un compañero. Como detalle del partido queda un robo de balón en los últimos minutos, en los que no solo se hace con el balón, sino que le da la salida correcta para la contra a pesar de ser objeto de falta. Resumen perfecto de una actuación fantástica del internacional peruano.
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