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| Foto: Marta G. Brea/Faro de Vigo |
El fin de semana ha sido muy intenso para el Celta, que dio la cara ante uno de los mejores equipos del mundo, y se va acercando poco a poco a una salvación lo menos agónica posible. Para lograrlo hay que olvidarse de lo pasado, y pensar exclusivamente en el partido que disputará mañana ante el Barcelona el conjunto de Óscar García.
El de mañana es uno de esos partidos que marcan una temporada. Lo que suceda en Son Moix determinará en gran medida la suerte de ambos equipos en lo que resta de curso. Si el Celta gana logrará una ventaja de 11 puntos sobre el cuadro bermellón, con tan solo 15 en juego, y permitirá mantener la que tiene sobre el resto de implicados en el descenso. En ese escenario, podríamos hablar de una salvación virtual, que no sería matemática, pero dejaría la situación muy encarrilada.
Otro escenario posible es el de un empate, un resultado que sería mucho peor para el Mallorca, que no conseguiría recortar distancias, viendo además como van quedando cada vez menos jornadas. Serían 8 puntos de renta con 15 en juego, pero el Celta tendría que estar atento a lo que hagan los rivales, pues podrían reducir distancias.
Obviamente el resultado del que no queremos hablar es una posible derrota, que acercaría al Mallorca a cinco puntos, y además le daría ventaja en el goal-average particular, puesto que ambos equipos empataron en Balaídos. Sería un paso atrás, aunque el Celta se aseguraría mantener 5 puntos de ventaja sobre el descenso, con 15 en juego. No sería el fin del mundo, pero se trataría de una oportunidad perdida para dejarlo sentenciado y evitar que las últimas jornadas sean de infarto para el celtismo.
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