Durante el confinamiento pudimos leer muchas noticias acerca de las medidas que implementaba La Liga para hacer más atractivo el regreso de la competición sin público en los estadios. Se mencionaba un novedoso sistema de Realidad Aumentada para que no se notase el vacío en las gradas.
Al fin hemos conocido en qué consistían estas novedosas medidas, y en cierto modo nos hemos sentido un tanto decepcionados, al menos desde mi punto de vista. Los espectadores se incluyen virtualmente, pero es inevitable sentir que la realidad aumentada no es lo que esperábamos. Hay quien dice que los gráficos hacen buenos al FIFA 98, y seguramente se queden cortos.
Por no hablar de los sonidos. La idea es emular los cánticos que se escuchan durante los partidos, pero el himno del Celta en el minuto 15 no parece muy realista. Quizás si para un aficionado neutral, pero no para los que vamos habitualmente a Balaídos. Y eso que en Balaídos aún era un poco más creíble, pero en estadios como Los Cármenes o Cornellá era especialmente dantesca la inclusión virtual de aficionados. Es posible que la tecnología actual no dé para más, pero aunque estuviésemos en 2050, lo virtual nunca podrá reemplazar a lo real, que son aficionados de carne y hueso animando a su equipo en los estadios.
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