Miguel Montes Torrecilla marcó una época en el Celta. El salmantino fue el director deportivo del club entre 2009 y 2016, responsable de la reconstrucción de un club que agonizaba en pleno proceso concursal, y al que dejó situado en posiciones europeas para irse al Betis, un ambicioso proyecto que no salió como esperaba, al igual que en Gijón, su siguiente parada, donde recientemente acaba de dejar su cargo.
El ejecutivo habló sobre su paso en el Celta en una extensa entrevista para Gaceta Cartagonova, de la que se hace eco La Voz de Galicia. Entre otras cosas revela como se produjo su llegada a Vigo, recomendado por Ramón Martínez: “Cuando sales de un sitio y hay buena armonía siempre te preguntan a quien traerías para el puesto, y el dejó dicho mi nombre. Se acordó de este pipiolo inexperto que conoció en Salamanca”, confiesa.
El club vigués atravesaba el peor momento a nivel económico de su historia, y una de las peores rachas deportivas en muchos años: “Era una situación dura, pero Ramón Martínez me veía preparado y creía que me iba a venir bien”. Aquel proyecto considera que es “el embrión del Celta actual. El club pasó de intentar luchar por Europa y ser el mejor equipo gallego con jugadores que fueran de donde tuvieran que ser a ser un equipo canterano y formador”, algo que a su juicio se mantiene a día de hoy.
Por último destacó la apuesta del club, que sigue siendo la misma que cuando llegó y Eusebio subió a doce canteranos: “Estuve siete años, llevo cuatro fuera y sigue existiendo ese proyecto, mirando a la cantera antes que cualquier fichaje. En Primera es más difícil conseguir ese objetivo”.
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