Niños contra hombres


Foto: EFE
Dijo Rubén Blanco al final del partido que el Celta estaba siendo "un equipo infantil", justificando así la dificultad de sumar en cualquier campo de la máxima categoría. El cancerbero celeste hizo un análisis perfecto y realista de lo sucedido en el Ciutat de Valencia. Los de Óscar García, ayer con su hermano Roger al mando, hicieron un partido muy completo durante los 60 primeros minutos, rayando la brillantez en los primeros minutos, pero no fue suficiente para llevarse los tres puntos. O tan siquiera uno. 

La jugada clave del partido fue el segundo de los levantinistas. El cuadro valenciano había incrementado la presión sobre la meta de Rubén Blanca, en gran medida ayudado por las decisiones erróneas de Prieto Iglesias, que encadenó una serie de errores que perjudicaron al Celta, lo que propició que los jugadores vigueses acabasen desquiciados. 

El colmo llegó con la señalización de un fuera de banda a favor del Levante que, viendo la repetición, parece que debería ser para el Celta. Néstor Araujo, completamente enrabietado, acude a la posición del colegiado para protestar su decisión, momento que aprovecharon los jugadores del Levante para sacar rápido y acercarse a la portería de Rubén Blanco con una clara superioridad numérica. 

El central celeste tiene 28 años, una década de experiencia como profesional, y ha sido internacional en una treintena de ocasiones con México. Es humanamente entendible su enfado por una serie de decisiones erróneas, pero difícil de entender que se desentienda de la jugada priorizando la protesta sobre la protección de su portería. 

Pero el mexicano no era el único desquiciado. Muchos otros jugadores cayeron en el juego del Levante y de Prieto Iglesias, y estaban más pendientes de la protesta o del roce con el rival que del partido. Estos fallos de concentración son muy graves, y provocan derrotas como la de ayer. Ya sucedió ante el Mallorca, con otra actuación arbitral lamentable, y un Celta al que el Mallorca, con diez jugadores, le remontó un partido que parecía cerrado por la inferioridad numérica de los baleares. 

El Celta es un equipo hecho para cotas más altas que la permanencia, pero ahora mismo la lucha es la supervivencia, seguir un año más en la máxima categoría, y con lo que está haciendo hasta ahora no es suficiente. Queda por delante más de una vuelta, pero este tipo de errores no se pueden repetir. Si el árbitro se equivoca, lo prioritario es estar atento a la jugada. Ya habrá tiempo después para la protesta, pero no se pueden perder más puntos por errores de esta índole. 

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