Rubén Blanco da el salto


Foto: Jorge Landín/Atlántico Diario
Desde hace varios años en Casa Celta tienen claro que Rubén Blanco es el portero de futuro. Siendo un niño ya formaba parte de las convocatorias del equipo el año del ascenso, cuando Yoel se lesionó durante varias semanas. Ya por entonces parecía claro que la portería del Celta pasaba por sus guantes, y hace más de seis años de aquellos partidos ante Valladolid y Espanyol, en plena pelea por la permanencia. 

Aquel joven que mostraba una madurez extraordinaria ante semejante reto, debía crecer y convertirse en el portero del Celta, pero el tiempo fue pasando y no acababa de dar el salto. Tuvo la gran oportunidad cuando Yoel se fue al Valencia, pero Sergio realizó una gran temporada. La 2015-16 debía ser la suya, pero se lesionó en la primera jornada de Liga, y luego su rendimiento, una vez ya recuperado, no fue óptimo. 

Las lesiones han marcado su carrera, lastrándolo en momentos clave, en los que parecía que iba a dar el paso de convertirse en titular. Incluso el pasado verano, con Mohamed en el banquillo. No fue hasta la llegada de Miguel Cardoso cuando se haría con la titularidad. Y lo aprovechó. La segunda vuelta de la pasada temporada fue la mejor de Rubén Blanco, y este año tiene por delante el reto de asentarse de forma definitiva en la portería. 

Y lo está poniendo todo de su parte para hacerlo. El pasado viernes dejó detalles muy interesantes. Se está mostrando como un guardameta solvente, ofreciendo una gran seguridad. Ante el Sevilla, sin paradas relevantes, se mostró seguro en casi todas sus acciones, bien posicionado y bien relacionado con su defensa. Una promesa que ya es, al fin, una realidad. Ha dado el salto. Viene para quedarse. 

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