El fútbol suele mostrarnos su cara más amable, la de los triunfadores, la de aquellos que cumplen sus objetivos, que triunfan y cuyas épicas batallas contamos aquí o vivimos como aficionados. Pero detrás de esa máscara existe una realidad que nada tiene que ver con los yates de Cristiano Ronaldo, o las fiestas de Neymar.
Son muchos los futbolistas que se quedan por el camino, en muchos casos por mala fortuna, por lesiones o entrenadores que no les ayudan, o simplemente porque no tienen el talento suficiente. Otros llegan, pero no consiguen consolidarse y acaban retirándose prematuramente o condenados al amateurismo.
Ayer, un ex jugador del Celta hacía pública una carta que nos devolvía a la realidad de los futbolistas modestos. Néstor Díaz, que llegó a debutar con el primer equipo del Celta, no ha podido encontrar equipo en este mercado de fichajes, y volverá a ser un jugador anónimo, de esos que entrenan en solitario a la espera de que alguien se acuerde de él.
Su vida dio un vuelco muy importante. Debutó por un golpe de fortuna en la primera jornada de la Temporada 2015-16. Entró en la convocatoria debido a una sanción de Sergio, que había sido expulsado en el último partido de la temporada anterior, y cumplía sanción en ese encuentro, y a unos diez minutos para el final del partido la lesión de Rubén Blanco permitió que disfrutase de sus primeros, y por el momento únicos, minutos en la máxima categoría.
Néstor Díaz estuvo dos temporadas y media en el Celta B, disputando en total 37 partidos. Una lesión le mantuvo casi toda aquella temporada en el dique seco, pero se recuperó y fue titular en el inolvidable “Panda Team”, entrenado por Alejandro Menéndez y liderado en el campo por Borja Iglesias y Hicham, que llegó a disputar la promoción de ascenso a Segunda División.
En el verano de 2017 dejó el Celta y empezó su calvario. Se fue al Badajoz, y tras disputar 14 partidos en la Primera vuelta sería cortado en el mercado de invierno. No encontró equipo para terminar la temporada, y en el verano de 2018 tampoco encontró ninguna portería en la que cobijarse. No sería hasta el mes de marzo de 2019, después de más de un año sin jugar, cuando el Don Benito se acordó de él. Con el equipo extremeño disputó 6 encuentros, pero al final de la temporada decidió no seguir contando con sus servicios.
Este verano tampoco encontró equipo, y decidió hacer públicos sus sentimientos a través de una carta abierta en la que nos muestra esa otra parte del fútbol de la que muchas veces no tenemos noticia, y que reproducimos a continuación:
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