Brais, Sisto y las olas


Foto: LFP
Gran parte de la salvación del Celta esta temporada tiene como responsable a su afición. La respuesta en un momento tan complicado como el que vivía el equipo antes de medirse al Villarreal fue extraordinaria. Estadio lleno, aliento desde el minuto uno al noventa. Nada que objetar al apoyo incondicional a un equipo que no se lo merecía, pero el aficionado  medio priorizó la permanencia en la categoría a la venganza o el reproche. 

Por eso me duele especialmente lo que se vivió ayer en Balaídos. Sé que esto que voy a decir no es muy popular, y que a muchos les gustaría leer como matamos a Brais Méndez, pero debo decirlo: La pitada al canterano al ser sustituido ha sido lamentable, una de las peores cosas que se han visto en Balaídos, no solo esta temporada, sino en los últimos años. 

Hace ya varios partidos que los murmullos acompañan cada acción del canterano. Y no son pocos, porque incluso en los peores momentos nunca ha dejado de aparecer, se ofrece mucho y aglutina mucho juego, porque el balón suelen tenerlo los buenos. Hoy fue otro de esos partidos, estuvo bien en la primera mitad, con detalles de mucha clase, y mal en la segunda, tomando malas decisiones, aunque dejó para el recuerdo un pase de tacón a Hugo Mallo que fue una genialidad, no solo por lo estético, sino también por lo efectivo. 

Pero sí, también cometió muchos errores. Como el resto de sus compañeros. Sin embargo, las críticas suelen centrarse casi siempre en él, como si fuese el responsable único de la tragedia que ha sido esta temporada. Así que cuando fue sustituido con 0-2 en el marcador, arreciaron los silbidos, rápidamente tapados, y también hay que decirlo, por los aplausos de otros aficionados. 

Para mayor sorpresa unos minutos después Lobotka es despedido con ovación, y cuando el Celta remonta comienza la ola, que uno no sabe si era un troleo o se hacía para celebrar no sé muy bien qué. Es terriblemente injusto cargar las tintas contra Brais porque es uno de los nuestros. Ojo, esto no le da licencia para nada. Si juega mal, se dice, de hecho aquí lo hemos dicho en muchas ocasiones, pero no ha jugado peor que sus compañeros. De hecho cierra la temporada como el tercer jugador que más aporta ofensivamente al equipo después de Maxi Gómez y Iago Aspas. 

Ninguno de los mediapuntas del equipo, y hay unos cuantos, igualan o tan siquiera se acercan a sus cifras. Ni tan siquiera Boufal, ni tampoco Sisto, que ha firmado una temporada lamentable, y que al final del partido se dio un paseo por Balaídos recibiendo ovaciones por doquier. El mensaje de que esto es un concurso de popularidad es tremendo. Igual el problema es que Brais no es tan simpático como Sisto. 

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