El hombro de Iago Aspas sigue preocupando al celtismo. En principio estas molestias no impedirán que el delantero celeste juegue los dos partidos que faltan antes de que acabe la temporada, pero es evidente que pueden influir de algún modo en su rendimiento. El jugador describe dolor, aunque entiende que es algo normal:
“El doctor ya me comentó cuando me pasó que me molestaría durante un mes y solo llevo dos semanas, así que imagínate”, explicaba ayer en la entrevista concedida a Radio Nacional, en la que confirmó que está listo para competir en San Mamés, un encuentro clave para el Celta, ya que la victoria le garantiza la permanencia sin depender de lo que ocurra en otros campos ni en la última jornada.
Una vez terminada la temporada, al jugador se le realizarán pruebas, y ahí se estudiará la estrategia a seguir para estar a pleno rendimiento cuando el equipo vuelva al trabajo en el mes de julio. No se descarta incluso una intervención una vez terminada La Liga.
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