Debut como capitán de Rubén Blanco


Foto: Rodrigo Jiménez
Las ausencias de Hugo Mallo, Iago Aspas, Cabral y Sergio en el once inicial en el Santiago Bernabéu propiciaron que la capitanía del equipo recayese en Rubén Blanco, un futbolista muy joven, apenas tiene 23 años, pero veterano en el vestuario celeste, a donde llegó hace 7 años, cuando aún formaba parte del filial y por la lesión de Yoel pasó a ser el guardameta suplente de un Celta que aún estaba en Segunda División. 

El de Mos ya llevaba tiempo entrenando con el primer equipo, y era un guardameta en el que había confianza ciega en las oficinas del Celta, por entonces en Praza de España. Su debut en partido oficial ocurrió en el mes de mayo de 2013, hace casi seis años, en aquel agónico Real Valladolid - Celta en el que tuvo que entrar al terreno de juego tras una lesión en el hombro de Javi Varas. 

Casi seis años después ha disputado 78 partidos oficiales, en los que ha encajado 111 goles. Menos de los que todos esperábamos, pero su carrera, corta aún, ha estado marcada por las lesiones y la irregularidad, y a pesar de que todos vaticinábamos que llegaría su despegue, este no ha acabado de llegar hasta este año. 

Tras la llegada de Miguel Cardoso al banquillo celeste, se produjo un cambio de cromos en la portería, que acabó con Sergio en el banquillo y Rubén Blanco en la titularidad. El de Mos ha defendido con buenos partidos su puesto en el once inicial, siendo con mucha diferencia el jugador más regular del equipo en este 2019. 

Ayer debutó como capitán, aunque será efímero gracias al regreso de Hugo Mallo, y al de Iago Aspas, que se espera para el próximo partido. Con tan solo 23 años, es uno de los más veteranos del plantel y debe tirar de sus compañeros en esta decisiva recta final de La Liga. 

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