 |
| Foto: Sergio Reyes |
Uno de los supuestos en los que entra en acción el VAR es en la confusión de identidad, cuando un jugador es expulsado por error interviene la tecnología para evitar una injusticia. Pero, ¿Qué sucede cuando es un jugador el que confunde su identidad con la de otro futbolista?.
Eso es lo que le ha pasado esta tarde a Maxi Gómez. El delantero uruguayo se creyó Sergio Ramos o Luis Suárez, y se decidió a protestar al árbitro después del penalti pitado a Hugo Mallo. El problema es que González Fuertes no tenía esa confusión de identidad. Lo tenía clarísimo. Sabía que a quien se enfrentaba no era Sergio Ramos ni Luis Suárez, por eso, en plan pistolero, aplicó el reglamento al dedido.
Si me protesta, le saco una amarilla, y si sigue aplaudiendo le saco otra. ¿Cuántas veces hemos visto esto en un campo de fútbol? ¿Por qué se le aplica a Maxi Gómez el reglamento de forma tan estricta y se hace la vista gorda en otros casos?. ¿Cuál es la vara de medir a la hora de actuar en estos casos?.
La única respuesta es que Maxi Gómez no es Sergio Ramos. Y Maxi Gómez debe saberlo si quiere acabar los partidos sobre el terreno de juego. Error de principiante. ¿Le pasará algo al árbitro?. Absolutamente nada. Los medios ni mencionarán su error. Si acaso se burlarán de la protesta del Celta y nos recordarán que si estamos abajo no es por culpa de González Fuertes, sino de nuestros errores, mientras ponen una y otra vez el fallo de Rubén Blanco en el tercero.
Y la rueda seguirá girando.
0 comentarios:
Publicar un comentario