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| Foto: LFP |
El Celta ha logrado un sufrido y meritorio empate en una cancha que no se le da nada bien en Primera División. Cardoso reforzó la defensa y logró mantener la portería a cero, pero perdió cierta chispa en ataque, donde apenas inquietó al Alavés.
De entrada, Miguel Cardoso sorprendió con la titularidad de Mathias Jensen, que volvía a jugar de inicio cuatro meses y medio después. El danés se situó en la línea de mediapuntas, junto a Brais Méndez, partiendo por la banda izquierda. Como había ensayado durante la semana, el técnico luso apostó por defensa de cinco, con Hugo Mallo y Juncà como carrileros, y Araujo, Costas y Hoedt en el eje de la zaga. Lobotka y Okay actuaron como pivotes.
Los primeros minutos fueron de tanteo, con dos equipos que se respetaban mucho, más pendientes de guardar la espalda que de buscar la portería rival. El Celta tuvo la ocasión más clara del partido en las botas de Brais Méndez. Juncà se planta en área contraria, no encuentra un rematador a su pase y el canterano recoge el rechace y se inventa un disparo de chilena que pudo convertirse en uno de los goles de la jornada.
El Alavés prefería esperar al Celta, a quien entregó el balón en la primera mitad, esperando un fallo para salir a la contra. Sin embargo, el Celta controló bastante las acometidas vitorianas, aunque gozó de alguna ocasión, la más clara en la cabeza de Manu, que remató tras la prolongación de un compañero.
Rubén Blanco apenas se tuvo que emplear durante los primeros minutos, y tampoco es que Pacheco tuviera mucho trabajo, pero el cancerbero babazorro detuvo bien un disparo desde la frontal del área de Maxi Gómez, y salió muy bien para despejar un balón al que amenazaba con llegar Brais. Okay fue también protagonista durante los primeros minutos por un golpe en la rodilla que lo incomodó bastante. Beltrán y Jozabed calentaban en la banda, aunque a escasos minutos para el descanso regresaron al banquillo.
Tras la reanudación se mantenían los mismos hombres sobre el terreno de juego, pero el Alavés dio un paso al frente, subiendo la presión sobre la salida de balón celeste, y llegando más a la portería de Rubén Blanco. El primer cuarto de hora le costó al Celta, que fue tomando aire poco a poco.
Los cambios le sentaron bien a los célticos, con la entrada de Fran Beltrán y Boufal en lugar de Okay y Jensen, tomaron aire y mantuvieron a raya a un Alavés que aún así generó alguna ocasión. Rubén Blanco tuvo que intervenir en un par de ocasiones, primero a un disparo de falta de Jony, y sobre todo en el minuto 70, deteniendo un disparo a bocajarro de un ataque alavesista.
Brais Méndez tuvo la mejor ocasión del Celta, recogiendo un pase de Jensen y acomodándolo a su pierna izquierda, aunque marcó demasiado el pase y Pacheco detuvo sin problema. Casi en tiempo de descuento fue anulado un gol de Maxi Gómez por claro fuera de juego.
Y así se llegó al final del partido. El Celta contuvo bien el último arreón del Alavés y se llevó un punto que le permite situarse con 25, dos sobre el descenso a falta del partido del Villarreal.
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