El celtismo abandona Balaídos


Foto: Xoan Carlos Gil/La Voz de Galicia
13.266 aficionados. Esa fue la cifra de espectadores en el partido del pasado lunes ante el Athletic, lo que convierte a este encuentro en la marca más baja de toda la temporada, superando al choque frente al Huesca, que ostentaba hasta entonces el récord. Ni tan siquiera la presencia de un equipo como el Athletic, que suele atraer bastante público al estadio vigués, evitó una penosa entrada que aumenta la sensación de un preocupante descenso de la masa social del Celta. 

Cierto que el partido no reunía las mejores circunstancias para presentar una buena entrada. El encuentro se celebró un lunes, fue emitido por abierto, y el frío seguramente invitó a muchos aficionados a quedarse en la comodidad de su sofá. Pero sería un error achacar a estas causas la baja asistencia registrada. Es un problema que se viene arrastrando desde hace varias temporadas, y que lejos de atajarse va camino de enraizarse. 

Cuando el Celta estaba a punto de lograr el ascenso, en la Temporada 2011-12, disputó un encuentro clave para lograr su objetivo. El rival era el Xerez. Fue un partido muy sufrido, en el que el Celta se vio por debajo muy pronto en el marcador y con un hombre menos, pero que remontó para un inolvidable 4-1 que ponía en bandeja el ascenso. Aquel día hubo en Balaídos 13.099 espectadores, dando origen a la famosa frase de Iago Aspas: “Me quedo con los trece mil del Xerez”. 

Más de seis años después hemos vuelto a los 13.000. Con el Celta en Primera, después de varios años sin sufrir por la permanencia e incluso clasificado para Europa. Algo se está haciendo rematadamente mal. 

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