Condenados a entenderse


Foto: Salvador Sas
El Celtismo no sale de su asombro ante los acontecimientos vividos en los últimos días. Cuando parecía que el bochorno no se podía superar, tras los constantes desencuentros entre la entidad que preside Carlos Mouriño y el Concello de Vigo, esta semana se recrudecieron en torno a la seguridad de las gradas de Gol y Marcador. 

Desde el Concello acusaron al club de no colaborar en las obras de reparación de las griegas presentes en la grada de Marcador, y el club contraatacó con un comunicado hecho público por el Partido Popular, en el que amenazaba con cerrar las gradas de Gol y Marcador si el consistorio no garantizaba por escrito la seguridad en dichas gradas. 

El Concello envió dicha certificación, por lo que el club anunció que abriría las gradas con normalidad, poniendo fin así a una situación rocambolesca, que ya aburre bastante a la afición, más interesada en aspectos deportivos que en las disputas personales de Carlos Mouriño y Abel Caballero. 

Y sería bueno que cesaran las hostilidades, ya que ambas entidades están condenadas a entenderse por el bien del club y de la ciudad. La situación que se vive actualmente no es buena para nadie. Desde luego no lo es para el Celta, donde se está creando una absurda división entre celtistas partidarios de Carlos Mouriño o de Abel Caballero, que no conduce a nada. 

Seguimos pendientes de que continúe la remodelación de Balaídos, y también de la construcción de la ciudad deportiva. Ojalá ambas cosas lleguen cuanto antes, porque será bueno para el Celta, y eso es lo único que debería importarle al celtismo. Si ambos son celtistas, y se preocupan por los intereses de quien representan, es decir del Celta y de Vigo, deberían sentarse cuanto antes y resolver sus diferencias, aunque da la sensación que ambos han cruzado el rubicón en varias ocasiones. 

0 comentarios:

Publicar un comentario