Boufal o el jugador que puede llegar a ser


Foto: Ricardo Grobas/Faro de Vigo
Uno de los jugadores que más debate está generando entre el celtismo es Sofiane Boufal. El internacional marroquí es uno de esos futbolistas que casi no existen en el fútbol, con una enorme capacidad y atrevimiento para el regate. Lo pudimos comprobar desde su primer partido en Vigo, en el Memorial Quinocho, cuando expuso casi todo su repertorio de regates ante la zaga del Mainz, incapaz de pararlo. 

En La Liga también ha demostrado sus dotes, lo hace en cada partido. El pasado lunes levantó al público de sus asientos en más de una ocasión, sin embargo siempre queda la sensación de que todo se queda en fuegos de artificio. Es un futbolista fantástico, que descarga al equipo por su capacidad para romper líneas a base de regates, pero falta por verlo todavía siendo decisivo en los metros finales. 

Lo que muchos le piden es que haga en tres cuartos de campo hacia adelante, lo que hace en la medular. Que ingrese en el área y provoque cosas con sus regates, que entienda en qué momento debe soltar el balón a un compañero, o cuando debe buscar la portería. Ha marcado dos goles, y demostró en el Lille tiene gol, pero desde el partido ante el Sevilla no ha vuelto a ver puerta. 

En definitiva, que son muchos los que celebran sus gambetas, pero que a la vez le exigen que ofrezca más cosas al equipo. Que sea más efectivo y menos efectista. Es el eterno debate, pero en el caso de Boufal muchos tienen la certeza de que puede aunar ambos aspectos: Espectacularidad y eficacia. No debe conformarse con el jugador que es, debe intentar ser el gran jugador que puede llegar a ser. 

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