Pocos futbolistas que han jugado solo un año en el Celta han dejado tan buen recuerdo como el de Oier Sanjurjo. El defensor navarro llegó cedido desde Osasuna, y a pesar de que comenzó como suplente, acabó ganándose un sitio en el equipo, formando una inolvidable pareja de central junto a Andrés Túñez.
Tras disputar 34 encuentros oficiales con el Celta, regresó a su casa, donde se ha convertido en uno de los jugadores emblema de su club y de la cantera. Oier es, desde hace varias temporadas, el capitán de Osasuna, y ayer se anunció su renovación hasta el año 2020, con opción a un año más en función de una serie de variables. Su cláusula de rescisión es de 8 millones, que pasará a ser de 10 en caso de estar en Primera División.
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