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| Foto: Atlántico Diario |
Sofiane Boufal fue el revulsivo escogido por Antonio Mohamed tras el descanso en el partido de anoche frente al Girona. Perdían los celestes y el preparador argentino quiso aumentar la nómina de atacantes retirando del terreno de juego a un lateral izquierdo como Junior Alonso, para dar entrada al habilidoso futbolista marroquí.
El cambio no hizo que el Celta mejorase en exceso. Es cierto que pasó a tener el dominio absoluto del partido, pero en gran medida porque el Girona también cedió voluntariamente terreno en busca de alguna contra. Boufal no logró ser el revulsivo esperado. Comenzó en la media punta, la posición en la que hizo fama siendo jugador del Lille, y finalmente pasó a la banda izquierda.
En ninguna de las dos posiciones logró ser relevante. Lo intentó, y pecó en ocasiones de exceso de individualismo, algo que ya evidenció en partidos anteriores, aunque la situación era diferente porque interesaba ganar tiempo y ayudó al equipo. Ayer no fue así, y aunque marcó un gol que metió al Celta en el partido, e incluso acto seguido realizó una gran acción personal coronada con un buen pase para Maxi Gómez, su partido no se puede calificar de brillante.
Boufal viene reclamando más minutos. Ha demostrado que tiene calidad y que debe ser un jugador determinante. Anoche tuvo 45 minutos que no supo aprovechar, pero le sobra calidad para ganarse más minutos e incluso la titularidad. El gol le puede servir para adquirir confianza, así de cara al futuro es una buena noticia.
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