Un derbi siempre es un derbi

Foto: Ricardo Grobas/Faro de Vigo

El próximo sábado se juega un nuevo derbi en el Estadio de Balaídos. Después de varios años consecutivos con estos partidos asegurados, las aficiones de ambos equipos tendrán que esperar más de un año para vivir algo parecido. Y a pesar de eso, el presente derbi llega en un momento un tanto descafeinado al ser tan cerca del final de la Liga, y con el Deportivo ya descendido. 

Tampoco el Celta parece tener muchas opciones de clasificarse para Europa, aunque matemáticamente es posible, y apenas se está hablando de este partido en la semana previa. Sin embargo no deja de ser un derbi, y eso se notará cuando el colegiado señale el comienzo del partido. Ninguno de los dos técnicos rotará buscando dar una alegría a su afición, porque además ambas andan un tanto decepcionadas con el rendimiento de su equipo, especialmente en A Coruña. 

Pero también en Vigo se esperaba más de esta temporada después de lo bien que lo ha hecho el equipo en temporadas anteriores. Ir a Europa nunca debe ser una exigencia, pero es cierto que este año todo parecía apuntar a esa posibilidad teniendo en cuenta que varios equipos de los que habitualmente ocupan las posiciones altas de la tabla han estado flojos, como el Athletic o la Real Sociedad. Eso ha provocado que equipos como Getafe o Girona cuenten con opciones de jugar en Europa el próximo curso. 

Y sobre todo porque cuando el balón comience a rodar todos tendremos la seguridad de que estamos ante un derbi, y eso son palabras mayores. Un derbi siempre es un derbi, incluso aunque se trate de un partido amistoso. Y habrá polémica, habrá tensión, habrá máxima implicación por parte de ambos equipos, y la motivación no será un problema para ninguno de los entrenadores. Un derbi siempre es un derbi.