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| Foto: EFE |
El Celta recibe esta tarde (18:30, BeIN La Liga) al Deportivo en uno de los derbis más descafeinados que se recuerdan, ya que ambos equipos llegan prácticamente sin objetivos. Y decimos prácticamente porque el Celta se agarra a una quimera europea que se evaporará matemáticamente en caso de no ganar, pero que incluso ganando está francamente complicada. Nada se juegan los coruñeses, descendidos en la pasada jornada.
La victoria del Sevilla ante la Real Sociedad en la noche de ayer deja a los de Unzué a 6 puntos del Sevilla, con 9 en juego. Además los sevillanos tienen un partido aplazado. Para que el equipo de Unzué alcance la séptima posición debería ganar los tres partidos que quedan y esperar que el Sevilla no consiga más que 3 puntos de los 9 que tiene en juego. Difícil ser optimista ante ese panorama, aunque es lícito serlo.
Más allá de este casi imposible objetivo, en juego se vuelve a poner el reinado del fútbol gallego, aunque sea de forma simbólica. Pasara lo que pasara durante la temporada, el equipo que gane hoy hará sonreír a su afición, y eso es mucho teniendo en cuenta que ninguna de las dos está muy satisfecha con el rendimiento de su equipo. En A Coruña porque el descenso es un trago muy amargo, y en Vigo porque se esperaba algo más después de las últimas campañas.
Para dar una alegría a la afición, es probable que el equipo que presente Unzué esta tarde se parezca mucho al que perdió la pasada semana en Villarreal. Sergio tiene un puesto asegurado en la portería, igual que Hugo Mallo, Sergi Gómez y Jonny en la zaga. Queda la duda de saber si mantendrá en el once a Cabral o hará regresar a Roncaglia, ya recuperado de su lesión en el hombro, a la titularidad.
En la medular Lobotka y Wass mantendrán su puesto, con la duda de saber si será Jozabed o Pablo Hernández el que forme como interior. El sevillano parece haber ganado la partida en las últimas jornadas al chileno. Y arriba sería una sorpresa no ver a Brais Méndez, Pione Sisto y Maxi Gómez en punta de ataque. La ausencia de Iago Aspas será muy importante, especialmente en un partido tan especial para él como es el derbi, y que no vivirá, al menos, hasta dentro de dos temporadas.
Y ese precisamente es uno de los grandes alicientes de la jornada. El celtismo y el deportivismo viven este partido con mucha intensidad, y son conscientes de que tardarán en volver a vivirlo, así que hoy no será un derbi cualquiera, por muy descafeinado que pueda parecer -y que es- a priori.
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